24 DE MARZO
2 de marzo del 2010
La última dictadura militar en Argentina
24 de marzo de 1976 - 10 de diciembre de 1983
El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos ciudadanos y ciudadanas esperaban
y ansiaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén.
La Junta de Comandantes asumió el
poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo
Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti.
Se designó como presidente
de facto a Jorge Rafael Videla. Este dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea
compusieran el futuro gobierno con igual participación. Así comenzaba Comenzó
el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".
José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril,
anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular
las inversiones extranjeras.
Entre sus alocuciones que merecen ser recordadas está
aquella de que era igual producir CARAMELOS QUE ACERO.
La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió,
fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron.
Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y
privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún
más la capacidad de regulación estatal, esto de la mano de inefable Domingo
Cavallo al frente del Banco Central.
Con ese clima económico, la
Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de
enfrentar según sus discursos a las acciones guerrilleras, en realidad desarrolló
un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular.
Esencialmente a destruir al Movimiento Obrero Argentino.
El régimen militar puso en marcha una represión implacable
sobre el pueblo en general, sobre el movimiento obrero en particular, sobre
dirigentes, delegados, miembros de comisiones internas anti burocráticas que
fueron secuestrados sistemáticamente. De esta forma se sometió a la población
mediante el terror para instaurar el "orden", sin ninguna voz disidente.
También este terror llevó que a parte importante de la población aplaudiera
el golpe de estado, que hiciera la vista gorda ante tamaña violación de los
derechos humanos.
Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que
registra la historia de nuestro país. Miles pasaron por los campos de tortura,
están en condiciones de detenidos desaparecidos, fueron asesinados en supuestos
enfrentamientos y otros miles se exiliaron en el interior y exterior del país.
El movimiento obrero aportó con el saldo más que doloroso
de un 71 por ciento de detenidos desaparecidos, asesinados y muertos en supuestos
enfrentamientos.
El saldo fue una deuda externa de más de 48 mil millones
de dólares. Miles y miles de fuentes de trabajo que se perdieron y la desindustrialización
de nuestro país, donde hay que contar la erradicación de la industria del
gran pulmón industrial que fue la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, en ese momento la Capital
Federal.
FUENTES: fuentes propias, larga investigación realizada
por la autora en la materia.
Caracteres: 3230