MUJER

MUJERES Y MUJERES

 

UNAS SI Y OTRAS NO

 

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

 

LAS MUJERES DEL PRESIDENTE
 
9 de marzo del 2010
 
El 8 de marzo es el día Internacional de la Mujer
 
UN DIA PARA RECORDAR
 
A un año de la muerte de Olga Arédez…
 
 
 
Marzo es un mes de conmemoraciones, celebraciones, recuerdos y memoria colectiva, indudablemente, el 24 de marzo de 1976 se cobró la vida y la dignidad de miles de mujeres, las que fueron humilladas en cada uno de los C.C.D. Centros Clandestinos de Detención, de esa etapa salieron otras mujeres, algunas muy conocidas, otras anónimas que recogieron de entre jirones de dolor un pequeño pedacito de esperanza y con la fuerza de la verdad: reclamaron justicia.
 
El 8 de marzo, a principios del siglo XIX, encontró a 129 mujeres que peleaban por una jornada laboral algo más justa, sin embargo, sus patrones, sus patronales desoyeron el reclamo, llegó el fuego y 129 mujeres quedaron sepultadas en la impunidad.
 
Unos años después, otra mujer, Clara Zetkin, una socialista internacional, levantó aquel hecho doloroso y reclamó que aquella fecha fuera declarada como el Día Internacional de la Mujer, claro, bien claro, de la mujer trabajadora que lucha por sus derechos.
 
Los años, las décadas, el tiempo pasa, sin embargo, y no casualmente, quienes manejan información, quienes tienen el poder y pueden sostener la falacia como elemento de distorsión han hecho de este día, un día frívolo.
Desde los estamentos oficiales, este año, se sacó una publicidad gubernamental donde aparecen algunas mujeres.
 
El 8 de marzo es el día internacional de la Mujer y en un aviso de Presidencia de la Nación aparecen las siguientes mujeres con el lema Día del esfuerzo y la ternura:
 
En el medio María Eva Duarte de Perón, Evita, Rosario Vera Peñaloza, maestra, en el medio Hebe de Bonaffini, madre de Plaza de Mayo, Juana Azurduy capitana de la independencia, Alicia Moreau de Justo, Alfonsina Storni, Lora Mora y al lado, Estela de Carlotto, abuela de Plaza de Mayo, tanto Bonafini, como Carlotto, aparecen en el medio una por encima de Evita y la otra abajo. La simbología es clara, en la misma posición de importancia.
En cuanto a las otras mujeres no hay nada para decir, todas representan momentos de la vida de lucha de las mujeres, pero es bueno preguntarse ¿Por qué no figuran otras madres de Plaza de Mayo o bien otras abuelas u otras mujeres vivas?.
Por otro lado, presidencia de la Nación se olvida, deliberadamente, en esto no caben olvidos, de Azuceña Villaflor de Devicenti, la fundadora de Madres de Plaza de Mayo, que buscando a su hijo Néstor encuentra el destino de la desaparición.
Olvidan a Olga Arédez, madre de Plaza de Mayo, que este 17 de marzo se cumple un año de su muerte. Olga Arédez fue una luchadora y fue el cáncer, aumentado por la bagazozis, enfermedad que produce el Ingenio Ledesma, con la materia prima para hacer papel que sale de la caña quemada, la que aceleró su muerte; al que le agregan bacterias para su mejor putrefacción... ¡al aire libre, en medio del pueblo!. Su marido desaparecido trabajaba en el ingenio y gran parte de la población quedó a merced de la bagozozis producida por el ingenio.
La dignidad de Olga fueron sus marchas, todos los jueves rodeando la plaza del pueblo, con su pañuelo blanco, con el cartel con la foto de su compañero, con su enfermedad a cuesta, con sus cabellos blancos, movilizando la siesta jujeña, haciendo estremecer otra plaza y otras madres. Ese fue el ejemplo de Olga Arédez… pero su foto y su recuerdo no merecieron estar entre las mujeres del presidente.
 
Las otras madres son María Ponce de Bianco nació el 6 de julio de 1924, en Tucumán, y aunque sólo fue al colegio hasta quinto grado, leía muchísimo y tenía una gran formación autodidacta.
Esther Ballestrino de Careaga nació en Uruguay, el 20 de enero de 1918. Creció en Paraguay, donde militó en el Febrerismo, un movimiento socialista con un programa de liberación nacional. Era Maestra Normal y Doctora en Bioquímica y Farmacia. Había estudiado en la Universidad Nacional de Asunción, Paraguay, esta mamá, luego de encontrar a su hija se juramentó seguir buscando a los otros hijos, porque todos eran importantes, todos debían regresar.
 
En la publicidad mezquina de este gobierno nacional no se reivindica a las mujeres laboriosas, a aquellas que todos los días ofrecieron sus vidas por una razón de existir justa, al contrario, nada dice de las 129 obreras de la fábrica neoyorquina, nada sostiene sobre su inmolación y lo que luego otras mujeres tomaron como emblema.
 
La propaganda oficial sesga parte de una realidad que tiene que ver con aquellas miles de mujeres y jóvenes que entregaron sus vidas en esa furibunda dictadura militar y los objetivos que buscaban. Trabajadoras, luchadoras, delegadas, activistas, mujeres que se comprometieron con algo más noble y ecuánime que esta realidad sombría de miles de mujeres arrojadas a la prostitución, al trabajo sobre explotador, violadas como el caso de la joven jujeña condenada, sin que su violador purgue ningún tipo de calvario como el que sufre Romina Tejerina.
Las mujeres en este tiempo social y político, económico y cultural han debido sufrir el acoso de una realidad que las arrojó a la protesta, a tener que soportar la desintegración familiar y en el caso de las mujeres santiagueñas subsumidas en la más cruel de las indigencias, tener que vender sus hijos para sobrevivir. Elegir entre los más grandes, entregando a los recién nacidos, ya que existen en esta sociedad hipócrita, aquellos que se apropian de niños o niñas por una cifra infame y que permitirá que los indigentes coman por un breve plazo.
 
En la publicidad oficial y en la que anuncian los medios de comunicación, los grupos de toda estirpe mendaz nada dicen de los miles de mujeres que en otros tiempos y en esta etapa de desasosiegos han cortado rutas, reclamado, exigido, trabajo y educación, salud y vivienda digna.
No se rememora otras mujeres que durante la dictadura en barriadas humildes, en la Capital Federal o en cualquier rinconcito del país pelearon soportando el acecho dictatorial.
Nada, no se homenajea a la mujer trabajadora que fue desaparecida, que fue arrojada a la hoguera de la dictadura, como la trabajadora ferroviaria, Graciela Haydeé Torres Bonaldi, cuyos restos fueron encontrados en el cementerio de San Vicente, en la provincia de Córdoba, en mayo del 2005, secuestrada el 29 de junio de 1976, sin registro de su paso por algún C.C.D. Centro Clandestino de Detención.
No se hacen homenajes a aquellas mujeres que marcaron un tiempo de la lucha por los medios de comunicación, por la educación y la defensa de los derechos de la mujer, como las anarquistas o las socialistas, con una impronta femenina en las redacciones, buscando las problemáticas de la mujer y alertando sobre la discriminación, la sobre explotación de la mano de obra tanto de ellas como de sus vástagos.
Nada dice esta y otras publicidades, que son eso, de tantas mujeres que brindaron ejemplo, lucha, militancia y esfuerzo.
Nada puede sostener este tipo de homenajes forzados cuando en nuestro país, la mujer es criminalizada por la protesta, es cercada cuando sus hijos, maridos, parejas o hermanos, padres o amigos son arrojados a la desocupación, porque el puente que hay que tender es el de romper esos compartimentos estancos a que nos llevan estos publicistas de los vencedores y que con estas falacias nos muestran ¨ejemplos¨ y a la vez, nos dicen quienes son mala palabra.
 
Las obreras neoyorquinas tuvieron un nivel de generosidad que no conoce antecedentes, Clara Zetkin lo recogió, otras miles, millones de mujeres recuerdan y sostienen el puente de la memoria sin saberlo. En nuestro país hay mujeres llenas de historia, un poema, una frase, un reconocimiento sincero debiera haber sido el del presidente que sostiene que los derechos humanos deben ser respetados.
En esta ocasión, señor presidente, esta propaganda ha obviado a demasiadas mujeres… muchas…
Me quedo con León Greco cuando dice: ¨Las mujeres fueron más después de Eva¨ y agregamos, estas luchas anteriores le dieron un cariz distinto a la vida posterior, la lucha y dignificación de la mujer. Y este puente de la historia, la memoria colectiva, la identidad y la lucha, a pesar de todos, no puede ser destruido…
 
Autora de: * Mujer, Sociedad y Política, La Rosa Blindada, 2007 y trabajos e investigaciones sobre la temática.
Publicado por primera vez el 18 de marzo del 2006
 
Caracteres: 8467
 
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