VILLA
CRESPO COLOCÓ, CON LA AYUDA DE OTRAS ORGANIZACIONES, LA PRIMERA
BALDOSA EN RECUERDO DE: JORGE CASOY, MARÍA IMAZ GARZÓN
MACEDA Y BERNARDO LEVENSON
Por
Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo
Digital
23
de marzo del 2012
Emotivo,
sensible y lleno de recuerdos fue esta primera colocación
de una baldosa para homenajear y recordar a los compañeros.
Una tarde de sol, con la presencia de unas 50 personas, y la colaboración
de otras organizaciones de barrios por la Memoria, en este caso
de Almagro y Balvanera, que estuvieron presentes para ayudar y poner
en ejecución la instalación de la baldosa, exactamente
en el frente de Yatay 707, a una cuadra de Yatay y Corrientes, a
metros de Yatay y Sarmiento.
El
acto dio inicio a eso de las 17.20 horas, jóvenes, familiares,
amigos y vecinos se dieron cita.
Los
recuerdos sobrevolaron el acto sencillo y cálido, no importó
si el sonido era el adecuado, lo cierto es que se mezclaron las
evocaciones, las anécdotas, los sinsabores de la desaparición.
Ellos
estaban presentes en aquellas palabras, las lágrimas brotaron,
las gargantas se pusieron afónicas y los dolores afloraron
como aquellos días de la búsqueda hace más
de 30 años.
El
tiempo y el homenaje achicaron los espacios, el reloj volvió
atrás y los años retrocedieron abruptamente.
Esos
pequeños recuerdos, esos apodos, algunos decires fueron capturados
para expresarles que los siguen extrañando, que el tiempo
pasó, pero que ellos siguen jóvenes en los retratos,
en las pocas fotos, mientras los años envejecieron los sufrimientos
y padeceres de los años transcurridos.
El
tiempo y algunas respuestas dieron cuenta de lo sucedido, pero no
se puede hacer retroceder las agujas del reloj, es imposible detenerlo,
porque en aquel día de la denominada Batalla de Yatay, el
19 de mayo de 1977, ellos cayeron luchando con lo que tenían,
por esas convicciones e ideales, entregaron lo más valioso
que fueron sus vidas…
Reconstruir
la memoria, decirles que se los recuerda, que todavía es
posible recuperarlos de ese entramado siniestro del olvido, de una
numeración canallesca que los hizo objetos y jamás,
nunca más, sujetos, porque les hicieron perder la condición
de humanos pensantes.
El
tiempo reabre heridas todos los días, pero esencialmente
estos 24 de marzo, ahora son 36 años, y un día, quienes
siguen buscando verdad y justicia, no estarán más,
pero la perseverancia y la lucha por la memoria y la identidad dejará
que cada una de esas baldosas ubicadas en lugares estratégicos
de las calles argentinas haga que generaciones posteriores se pregunten
por ellos…
Que cada mural, cada expresión artística y cultural
que los retrate y los rescate del olvido son razón suficiente
y necesaria para seguir…
El
tiempo sigue inexorable, las heridas no cierran, porque en definitiva,
sus destinos no se pueden congelar en estas baldosas…
El
olvido es la herramienta de la clase dominante, con gran esfuerzo
físico y emocional, cada una de estas formas de reconocerlos
derrota al olvido y hace reverdecer la memoria… pero el compromiso
debe ir más allá, hacer posible que sus existencias
recobren su vida y puedan traspasar aquellos ideales, con sus aciertos
y errores, porque la vida es exactamente esto: aciertos y errores
para crecer, para planificar, para proyectar y para idear y poner
en construcción una sociedad más justa y una nación
soberana.
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