Umberto Eco
Si supiese qué es lo que estoy haciendo, no le llamaría investigación, ¿verdad? Albert Einstein CUENTOS BREVES / SÍNTESIS / BREVÍSIMOS Se trabajó sobre consignas, luego de leer diferentes textos y autores y observar imágenes y fotos... estos son los primeros trabajos 10 de septiembre del 2014 |
|||
---|---|---|---|
LA FUGA DE LAS MARIONETAS Por Ximena Sauter Entré.
Estaba oscuro. De pronto vi un par de ojos mirándome fijamente.
Luego se le sumó otro par, y otro y otro. APOCALIPSIS Por Sandra Windaus Hasta
ese momento, iba transitando la vida cual tren que recorre sucesivas
estaciones con pasajeros turísticos, algo caóticos,
amorosos y casi siempre, en algún punto…. previsibles.
En realidad, era frecuente que, tras algunos ascensos y descensos
consabidos de antemano dejara de expender boletos, saciada de recorrer
el mismo trayecto, los mismos paisajes a través de un riel
consabido que en nada perturbaba mi inconsciente detector de rutas
advenedizas. Era fácil atraer al pasaje, bastaba que en el
andén compartiera una natural atracción, una cuota de
intriga, un cómplice interés para que durante el trayecto
del viaje, la estancia fuese agradable…. y eso era precisamente
lo que siempre me hacía bajar del coche de pasajeros….
hasta ese momento nunca me había atrevido a sacar el abono
pues sabía que, merced a mi insobornable detector autocontrolante,
en realidad, solo impedía arrojarme a los brazos de lo incontrolable,
hasta que un día, sin darme cuenta, cambié mi recorrido
habitual y abandonada a mi destino, arrojé mis riendas a una
seducción colérica pero definitivamente… redentora.
“Me di cuenta que íbamos a volar juntos la segunda vez
que te vi”, me dijo con cómplice sonrisa... y así
fue, para ese entonces yo remontaba barriletes en el río y
le ofrecí uno… ridículamente amoroso ¿no?…
tal vez, sin embargo, ese cometa dio vuelta toda mi alma provocando
el Apocalipsis de una barrera que dejó de funcionar. Estación
terminal: tu amor. MARIONETAS Por Sandra Windaus Eran
alrededor de las seis de la tarde cuando las caravanas empezaron a
llegar por las arterias laterales de la plaza, el día empezaba
a caer y las calles estaban empapeladas de color blanquiceleste. Pasacalles,
banderas y panfletos adornaban el paisaje mientras la muchedumbre
amansada por una complicidad de cargos, beneficios, choripanes o partidaria
convicción, procuraba acceder a las cercanías del palco
montado estratégicamente al frente del palacio municipal, cuyas
prebendas tan solicitas acuden a su seducción, haciéndose
paso merced en gran parte a los punteros que, negocio cómplice
mediante, dirigían su paso desde los barrios que mancomunadamente
los acuna, a través de micros y camionetas que como marionetas
sometidas a los designios del titiritero de turno, se dirigían
a la escucha activa de un discurso cargado de críticas solícitas
de lo incongruente, pero efectivas para una masa irreflexiva. ARRABAL Por Rodolfo Falchetti Año 1955. Todavía distinguíamos entre arrabal y el centro. Uno era el barrio con las familias de siempre, los familiares, los amigos. Las relaciones sentimentales de la gente joven iniciadas dentro de las costumbres sociales de entonces, como la miradita sostenida en un recreo del colegio, el buscar quien nos presentara a la persona interesada. Los bailes en los clubes, con su cabecear casi imperceptible para sacar a bailar. El otro, el centro, el de las caras nuevas o extrañas, la aventura imprevista, el desencanto común. Un día me hallaba parado en el umbral de la puerta, apoyado en la pared, gozando de no hacer nada, soñando, con el aburrimiento del ocio no quebrado por algo emocionante, cuando la vi pasar caminando a mi lado, indiferente. Yo noté que era fingido su gesto, y juntando coraje me ofrecí a llevarle la bolsa. Gracias me dijo y con naturalidad me la entregó. Le cedí
el lado de la pared, caminando a la par en silencio. Con desesperación
buscaba un tema de charla original ya que me pareció desde
el comienzo una chica especial, distinguida. Finalmente se me ocurrió
un lugar común. ¿Vas a la secundaria? Se rió
con ganas al señalarse el delantal blanco y los libros bajo
el brazo. Qué te parece. Feliz de mi desconcierto me mostró
una sonrisa que marcó mi existencia durante mucho tiempo. Sinopsis
Por Sandra Windaus La película
centra su historia en un poeta que se niega a dejar el idealismo que
lo guía en su vida laboral y amorosa pese a los sucesivos tropiezos
graficados, surrealistamente, con mujeres que caen al vacío
tras su desilusión y, el acoso del “espectro” de
la muerte que lo presiona para que busque un trabajo y una mujer como
el común de la gente. Sin embargo, todo cambia cuando conoce
a una prostituta con quien finalmente siente elevar el amor por encima
de todo canon pre establecido, permitiéndole volar sin ataduras,
enriqueciéndolo en sus emociones, hasta que ella decide abandonarlo
por no querer sentirse comprometida a un amor que pueda lastimarla. MARIONETA Por Rodolfo Falchetti Siempre
supe que era una marioneta. Otros manejan los hilos de mi destino. SER O ESTAR Por Natalia Legarreta Julián
Bleisman tiene 18 años, y transita uno de los peores cambios
de la vida: el camino hacia la adultez. Pero a él no le preocupan
las responsabilidades, el trabajo o irse de la casa de sus padres
porque eso no es nada comparado con su miedo más grande: el
amor. El cree que no puede, no quiere, no debe enamorarse, se ven
los hilos que manejan sus pensamientos cuando recuerda lo que le dijo
su padre una vez "Lo mejor en la vida es no tener sentimientos,
así no se sufre", tenia tan solo 10 años, pero
lo recuerda como si fuera hoy. Realismo mágico Por Juan Silvio Melamed Érase una vez un país sudamericano que había sido privilegiado por la madre naturaleza, pues en las profundidades de su territorio continental y de su mar abundaba en forma extraordinaria el llamado oro negro. Estaba finalizando el siglo veinte cuando apareció en este lugar un personaje mesiánico que pretendía regir su destino hasta la eternidad. Se proclamaba revolucionario y antiimperialista, pero terminó convirtiéndose en un tirano. A sus colaboradores más inmediatos los trataba como marionetas y les cortaba los hilos cuando desconfiaba de ellos. Caían estrepitosamente e iban a parar a la cárcel o desaparecían. Sojuzgaba a su
pueblo haciéndole padecer necesidades que los llevaba a situaciones
apocalípticas, ya sea la falta de alimentos como insumos de
uso primordial. Algún país
de la región veía con simpatía el manejo del
régimen y hasta intentaba imitarlo, siempre con consecuencias
funestas. En la actualidad el Comandante trasmite sus órdenes a su sucesor, un exconductor de autobuses por intermedio de un pajarito. Conmoción Por Juan Silvio Melamed Había oído
hablar del Síndrome de Stendhal, un trastorno que sufren algunas
personas, parecido a un ataque de pánico, en presencia de obras
de arte calificadas de perfectas. Lo primero que pienso es cómo pudo transformar un bloque de mármol de Carrara en este personaje bíblico que como expresaba su autor tiene un “alma”. Todo en él es perfecto, la belleza de su rostro, el torso, los miembros en los que se detectan los músculos y arterias. De uno de sus hombros cuelga la honda con la que mató a Goliat. De repente se acelera mi pulso, comienzo a transpirar profusamente, siento una opresión y dolor en el pecho… pido ayuda. MIRANDO FOTOS Por Rosana Annunziata 1- Llevan al preso, pero posan para la foto.
2- La ciudad de
antaño, el tranvía ya pasará.
3- Los inocentes son masacrados. 4- El se hace
escuchar, pero la multitud mira hacia delante. 5- Más agua, ¡¡¡quiso pasar igual!!! APOCALIPSIS
DE UN AMOR
Por Ana Lanza Los
vi, eran los cuatro caballos, primero el blanco, al principio de nuestro
encuentro, cuando yo mismo santi que lo jineteaba, en pos de la victoria.
Y nos amamos. EPIGRAFE IMAGEN BOTTERO Por Ana Lanza
CUENTO BREVE Se
apagaron las luces de los cuartos, y fueron a dormir.
|
|||