LA
CIDH / COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS LLAMA
A LOS ESTADOS DE LA OEA / ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS AMERICANOS
A ERRADICAR LA DISCRIMINACIÓN RACIAL EN AMÉRICA
21
de marzo del 2015, primer día del Otoño
Washington,
D.C. – Con ocasión del Día Internacional de
la Eliminación de la Discriminación Racial, el 21
de marzo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) advierte que las personas afrodescendientes y pertenecientes
a otras minorías raciales y étnicas continúan
siendo víctimas de racismo y discriminación racial
estructural, situación que les impide el goce de sus derechos
humanos, a pesar de los avances que se han realizado en la región
en la adopción de leyes y políticas públicas
en la materia.
El principio de igualdad y no discriminación es uno de
los pilares del sistema democrático y base fundamental
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. En tal sentido,
es imprescindible que los Estados adopten medidas efectivas para
erradicar la discriminación racial en la región
y para garantizar los derechos de las personas afrodescendientes
y de otras minorías raciales y étnicas.
“Tenemos
una gran deuda pendiente en el continente”, dijo la Comisionada
Rose Marie Belle Antoine, Presidenta y Relatora de la CIDH sobre
los Derechos de las Personas Afrodescendientes y contra la Discriminación
Racial. “Urge que los Estados diseñen, implementen
y financien la puesta en marcha de sistemas de recolección
de datos precisos e información estadística y cualitativa
sobre la situación de los derechos humanos de las personas
afrodescendientes y de otras minorías raciales y étnicas
en América. Desafortunadamente, la mayoría de los
países de la región aún no cuentan con este
tipo de sistemas”, agregó.
“Una
vez se cuente con esta información, los Estados podrán
construir, delinear e implementar políticas públicas
y leyes que se adecuen a las circunstancias propias de cada región
y subregión, a fin de abordar las necesidades y superar
los obstáculos específicos que afectan a esos grupos
poblacionales”, puntualizó la Presidenta Antoine.
La
Comisión Interamericana advierte que las personas afrodescendientes
enfrentan importantes obstáculos para el ejercicio de sus
derechos civiles y políticos, así como sus derechos
económicos, sociales y culturales. Por ejemplo, suelen
habitar en zonas más pobres y con menor infraestructura,
lo que las que las expone en mayor medida al crimen y la violencia.
Asimismo, las personas afrodescendientes enfrentan serios obstáculos
para acceder a una vivienda, a los servicios básicos de
salud y educación, y acceder a niveles gerenciales y jerárquicos
en sus empleos.
“Con
la CIDH hemos escuchado testimonios, estudiado estadísticas
e información aportada tanto por organizaciones de la sociedad
civil como por los Estados, visitado países, y hemos podido
constatar la situación de discriminación racial
estructural que todavía subsiste en muchos Estados de la
región”, indicó la Presidenta Antoine.
En
particular, la CIDH observa con preocupación la especial
situación de vulnerabilidad de las mujeres afrodescendientes
pobres. La interseccionalidad de factores como el género,
la raza y su situación socioeconómica las ha colocado
en una situación de vulnerabilidad extrema. Asimismo, la
Comisión ha recibido información preocupante sobre
altos niveles de discriminación y violencia contra las
personas afrodescendientes que son lesbianas, gay, bisexuales
y trans. Consecuentemente, la Comisión Interamericana considera
fundamental que los Estados reconozcan la discriminación
contra estas personas, recopilen información desagregada
sobre su situación y condiciones de vida, incorporen un
enfoque de género y diversidad, y diseñen políticas
públicas para prevenir y erradicar la discriminación
racial en sus distintas manifestaciones.
La
CIDH reconoce como un paso positivo la aprobación de leyes
orientadas a combatir la discriminación racial que ha tenido
lugar en distintos Estados de América. Sin embargo, subsisten
factores que permiten y fomentan la persistencia del racismo y
discriminación racial en la región.
“Lamentablemente,
reiteradamente hemos observado, en diversos países de la
regió, la imposibilidad de acceso a mecanismos de denuncia
y reparación, la ausencia de garantías judiciales
y la falta de sensibilidad y capacitación de los operadores
de justicia en relación con la discriminación racial”,
indicó la Presidenta de la CIDH.
Los
Estados deben adoptar medidas y políticas que adecuen sus
legislaciones y procesos internos para garantizar el efectivo
acceso a la justicia de la población afrodescendiente y
de otras minorías raciales y étnicas. Para ello,
deben tenerse en cuenta los obstáculos materiales, económicos
y jurídicos, y la situación sistemática de
exclusión de dicha población. Los Estados deben
destinar recursos humanos y financieros que permitan desactivar
los prejuicios y estereotipos raciales, a la vez que mejoren las
condiciones de vida de las personas afrodescendientes en lo que
se refiere a salud, vivienda, educación y trabajo.
Finalmente,
la CIDH insta a los Estados de la región a ratificar la
"Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación
Racial, y formas conexas de intolerancia" y la "Convención
Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia"
a fin de universalizar las normas de protección de los
derechos fundamentales en todo el continente. La Comisión
reitera la importancia de que el sistema interamericano avance
hacia la aceptación y aplicación universales de
sus normas a través de la ratificación de todos
los instrumentos regionales de derechos humanos por parte de todos
los países miembros.
La
CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización
de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta
de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover
la observancia de los derechos humanos en la región y actúa
como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH
está integrada por siete miembros independientes que son
elegidos y elegidas por la Asamblea General de la OEA a título
personal, y no representan sus países de origen o residencia.
No.
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