EL
DIA DEL BARRIO. LÍMITES, CONVENTILLOS, CEMENTERIOS, FIEBRE
AMARILLA Y OTROS |
Por Elena Luz González
Bazán especial para Villa Crespo Digital
31 de diciembre del
2010
Los límites
del barrio de CHACARITA, CHACRITA o CHACARA son las actuales calles
y avenidas: Elcano, Vías del ferrocarril Gral. Urquiza, Del Campo,
Garmendia, Warnes, Dorrego, Álvarez Tomas.
Las tierras pertenecían
a la congregación de los Jesuitas, que fueron expulsados en 1767,
porque impulsaron la Contrarreforma.
Su nombre es el diminutivo de la palabra “chacra” o “chácara”.
Luego de la expulsión
de los jesuitas de todo el territorio colonial, estos terrenos en particular
pasaron al estado y a través del Real Colegio Convictorio Carolino
de Buenos Aires comenzó a analizar la casa de campo de la chacarita
como el lugar de vacaciones para los alumnos.
La zona comenzó
a llamarse chacarita de los colegiales, historia que comparte con los
barrios de Agronomía y Colegiales.
Con la fiebre amarilla
y con el cementerio del Sur al límite, en 1871 en lo que hoy
es el Parque Los Andes se habilitó el primitivo Cementerio del
Oeste.
Chacarita hoy es
un barrio populoso dotado de medios de comunicación y sus casas
antiguas van siendo reemplazadas por edificios horizontales. Barrio
de contraste donde se conjugan sosiego y paz en las avenidas que rodean
al cementerio.
“Chacarita
tiene algo de pampeano, del interior, como que sus avenidas que son
arboladas fueron caminos rurales. Nació en el límite de
la ciudad en los terrenos de la “chacarita de los colegiales”,
adonde iban los alumnos del colegio Nacional de Buenos Aires, ex Colegio
Real de San Carlos, que luego fueron ocupados por el cementerio. La
vecindad junto con la “Quinta del Ñato”, vieron nacer
una célebre murga y un club de fútbol fundado por los
socialistas. Los chacaritenses no se inmutan por la presencia del cementerio
y, en cambio, se ufanan de haber sido la cuna de los verdes tranvías
Lacroze”, afirman Rafael Staffolani y su equipo de trabajo.
Por su lado, las
tierras pertenecieron a los jesuitas, estos tenían grandes chacras,
de allí el origen etimológico de su nombre, este proviene
del diminutivo de la palabra "chacra" o "chácara",
que formulamos más arriba.
La Corona se quedó con todos los bienes de la congregación
luego de 1767.
CEMENTERIOS
Durante la etapa
colonial, con la llegada española, los muertos se enterraban
en los atrios de las iglesias o bien en sitios cercanos.
Pero la población fue aumentando y tema de los muertos fue otro
problema a resolver.
Es así que con Rivadavia ese tipo de enterratorios se prohibió;
se presento entonces la necesidad de crear sitios especiales que tuvieran
o admitieran ciertas peculiaridades, sobre todo en cuanto a la preservación
de la higiene pública.
Es así que
se concedieron 45.000 metros cuadrados para la sepultura de protestantes
en el camposanto del oeste; y que tanto el sector inglés como
el alemán se hallan, desde el 24 de noviembre de 1892, fecha
en que se los inauguró oficialmente en el sitio adaptado.
LA LLEGADA DE LA
FIEBRE AMARILLA Y EL CEMENTERIO DEL OESTE
Sobre fines de 1870, el 10 de diciembre llegó el buque “Taraguay”,
que hacía el recorrido Asunción/Buenos Aires. El trajo
la noticia de que en ciertas regiones paraguayas estaban siendo azotadas
por una plaga mortal. Era la fiebre amarilla, que a fines de enero de
1871 pegó sobre el barrio de San Telmo, el sur actual de la ciudad
de Buenos Aires.
LOS CONVENTILLOS
Sin instalaciones sanitarias adecuadas, hacinados, habitaciones en condiciones
precarias para la vida familiar, tanto de inmigrantes como nativos,
masa laboral que soportaba la precariedad, la mala alimentación
y largas jornadas, en patios donde se jugaba y abundaba la basura, habitaciones
sin baños y habitaciones que hacían de morada, comedores
y descanso. En estos espacios se ubicó y se instaló despiadada
la fiebre amarilla.
Mientras las familias pudientes salían de la ciudad rumbo a sus
quintas en Barracas, Flores, Belgrano, San Isidro, Morón, Adrogué,
entre otros lugares.
Los alquileres eran costosos por la demanda que iban teniendo.
Por su lado, el panorama
de la aún “Gran Aldea” continuaba desolador: colmados
los hospitales y lazaretos, pues hubo ocasiones en que las victimas
fallecían de a cientos por día, aconteciendo, a veces,
que el enfermo duraba 24 o 48 horas.
Los cementerios: Del Sur, del Norte, Disidentes no alcanzaría
para esta mortandad implacable.
Los pobladores iban cayendo por incubación del siniestro flagelo.
Según cifras que publicara el diario “The Standard”,
el primer cuatrimestre de 1871 arrojó 26.600 víctimas
causadas por el morbo, la ciudad tenia 190.000 habitantes.
Bien se explica, que el 11 de marzo de 1871 el gobernador de la provincia
de Buenos Aires, Emilio Castro, expidiera un decreto creando nueva necrópolis
con superficie original de 7 hectáreas y un muro de contención.
Inaugurase así, el 14 de abril del mismo año, ese camposanto
después llamado “Chacarita Vieja” y que ahora es
el parque “Los andes”.
En 1875 se clausura, pero igual sigue funcionando hasta el 9 de diciembre
de 1886, o sea 11 años más. Sobre el inicio de 1887 las
inhumaciones se comienzan a realizar en el nuevo predio del cementerio
al cual se lo denominaba: “Chacarita la Nueva”.
Por Ordenanza del 30 de diciembre de 1896 su denominación fue
“Cementerio del Oeste” hasta que el 5 de marzo de 1949 se
establece el nombre de “Cementerio de la Chacarita”.
El gobernador también había dispuesto que se tendiera
una línea férrea hacia el nuevo cementerio, un convoy
que conducía muerte y dolor, en aquellos meses de 1871. El trayecto
era la del actual subte línea B.
El camposanto se
fue completando, en 1930 cuando se iniciaron las obras de excavación
para la línea B de subterráneos, se sostiene que la tragedia
se reavivó porque se encontraron restos de aquellos que sufrieron
los efectos mortales de la fiebre amarilla. Esto es el actual parque
“Los Andes”, el mismo que en el 1900 tasaron su tierra en
20 millones de pesos.
FUENTES: varias y
propias.
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