TOMAS
CARMEN DI TOFFINO
DIRIGENTE
DE LUZ Y FUERZA DE CÓRDOBA
|
Por Elena
Luz González Bazán * especial para Villa Crespo Digital
2 de febrero
del 2011
EL
30 DE NOVIEMBRE DEL 2010 SE CUMPLIERON 34 AÑOS DE SU DESAPARICIÓN
Y EN ALGÚN DÍA DE MEDIADOS DE FEBRERO SE CUMPLEN 34 AÑOS
DE SU EJECUCIÓN
El 30
de noviembre de 1976, se habían cumplido largos ocho meses del
golpe militar, cuando luego de 45 días de paro de los lucifuercistas
de todo el país, revelándose contra el golpe militar y
por mejores salarios es secuestrado el Titi Di Toffino, quien salía
de su trabajo en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba
(EPEC), tal como lo venía haciendo desde hacía un largo
tiempo.
El grupo
de tareas acechaba en el centro de la ciudad de Córdoba, allí
lo esperaba, muy cerca de la empresa, en pleno centro un grupo de tareas
enviado por el genocida Luciano Benjamín Menéndez, entonces
jefe del Tercer Cuerpo de Ejército. Fue secuestrado, llevado
al campo de La Perla y desde entonces se encuentra “desaparecido”.
Por diversos testimonios, se sabe que fue asesinado a los pocos meses,
por orden del propio Luciano Benjamín Menéndez.
En la
revista Electrum, órgano oficial del Sindicato de Luz y Fuerza
de Córdoba, el pasado 25 de noviembre del 2010, afirman lo siguiente:
El compañero Tomás Di Toffino se convirtió así
en otra víctima de la dictadura que tuvo como uno de sus principales
objetivos arrasar con las organizaciones gremiales, sus dirigentes y
militantes, para imponer a sangre y fuego un modelo político
y económico obediente a los centros de poder mundial, cuyas consecuencias
y derivaciones se prolongaron durante décadas, incluso con la
recuperación de la democracia.
Luego,
sobre el secuestro confirma que Tomás Carmen Di Toffino, dirigente
fundamental de la conducción de Luz y Fuerza en la resistencia,
era un puntal sustancial de la organización. Esta tarea de gran
responsabilidad la desarrollaba desde antes del golpe y la intervención
militar al gremio, porque Luz y Fuerza ya había sido intervenida
a fines de 1974 y desde entonces Agustín Tosco se había
visto obligado a vivir en la clandestinidad. Ya en esa época,
Di Toffino pasó a cumplir un rol muy importante para enfrentar
la intervención, expresando así la voluntad del conjunto
de los lucifuercistas, que se opusieron a esa injusta medida.
Además
agregan que: Era perfectamente conciente que al convertirse en un referente
principal de la lucha, sobre todo luego de la muerte de Agustín
Tosco, se convertía en un blanco de los represores y ponía
en riesgo su vida. Pero no se arredró y mantuvo el compromiso
que había asumido con sus compañeros, como militante de
la causa de los trabajadores. Y esa fidelidad a sus convicciones, le
costó la vida.
Tomás
Di Toffino fue anteriormente el delegado estudiantil en la escuela secundaria
y, posteriormente, de su sección, Oficina de Compras, de la EPEC,
donde había ingresado como cadete a los 14 años.
Después,
por sus capacidades y solidaridad en el lugar de trabajo, rápidamente
se produjeron una sucesión de hechos que lo llevaron a la conducción
del gremio. Fue así que prontamente representó al Cuerpo
de Delegados ante el Congreso de la Federación, esto le imprimió
un sello definitivo que lo identificaría como hombre entregado
a la vida sindical y a la de sus compañeros. Además, integró
el Tribunal Paritario; fue Subsecretario Administrativo; Secretario
Gremial; y Secretario Adjunto. El Cordobazo lo contó entre sus
dirigentes más destacados, y esto lo arrojó a la cárcel
en el sur, en la Patagonia.
Fue un
peronista convencido y convincente -era muy buen orador-, respetado
por todos los sectores del pensamiento político de Córdoba.
La cipaya
y pseudo dirigencia no pudo tolerar tanta grandeza, tanta capacidad,
tanta lucha, tanto sacrificio por la clase obrera. Fue tan así,
fue tan intolerante, que el 30 de noviembre de 1976 lo secuestraron
violentamente al salir de su trabajo y lo arrojaron en el Campo de Clandestino
de Detención La Perla.
Un día,
a mediados de febrero de 1977, “a las 15,30 en punto de la tarde”,
como aseguran varios testimonios de sobrevivientes, lo llevaron a fusilar.
Ese día estaba de visita, en La Perla, Luciano Benjamín
Menéndez.
Hay hombres
a quienes la sociedad les pide más y más; para Tomás
Di Toffino eso era la vida, y se la quitaron en aquel febrero de 1977.
Dice
Graciela Geuna (Legajo Nº 764):
«Tomas
Di Toffino fue secuestrado el 30-11-76, pero a mi entender el plan que
desembocó en su secuestro comenzó bastante tiempo antes.
En efecto, los secuestrados de La Perla éramos rehenes que podíamos
servir a objetivos precisos de los militares. En septiembre de 1976
fue secuestrado Patricio Calloway, rubio, con barba, ojos claros, alrededor
de 22 años, miembro de la Juventud Peronista. Así fue
que, frente a la inminencia de una huelga del Sindicato de Luz y Fuerza
de Córdoba, los militares del Destacamento decidieron ilegalizarla
o, como ellos decían, «montonerizarla», encontrando
así los pretextos para tildarla de subversiva. Con este objetivo
los propios militares de La Perla imprimieron volantes que ellos mismos
firmaron Montoneros. Volantes que llamaban a la huelga a los trabajadores
de Luz y Fuerza.
Cuando los trabajadores de Luz y Fuerza comienzan la medida de fuerza,
dando una vez más un ejemplo de consecuencia en la resistencia
a la dictadura militar, bajo la dirección entre otros, de Tomas
Di Toffino, en La Perla sucedió un hecho inhabitual: una noche
se llevaron a Patricio solo, lo cual nos pareció extraño
ya que los «traslados» se realizaban generalmente de día
y en grupos numerosos.
Luego supimos que habían matado a Patricio frente a EPEC. Por
los medios de difusión se dijo que el hecho había sido
un tiroteo entre las fuerzas del orden y un militante montonero que
estaba llamando a la huelga. Para este simulacro se le pusieron en la
mano a Patricio los volantes que los militares habían previamente
impreso en La Perla.
Así se ilegalizó la huelga, se intentó crear terror
entre los trabajadores y esta macabra maniobra finalizó con el
secuestro, poco después de Tomas Di Toffino.
Era un círculo inexorable: Patricio fue asesinado para justificar
la represión en Luz y Fuerza. Los volantes fueron elaborados
en La Perla. Di Toffino fue secuestrado y llevado a La Perla. Todo comenzaba
y terminaba en La Perla.
Cuando Tomás llegó a La Perla como no pudieron probarle
filiación política lo anotaron en la lista diaria como
"Zurdo Encubierto".
Tomás fue trasladado el lunes 20 o 21 de febrero, ese día
vino el General Luciano Benjamín Menéndez de inspección
a la hora del traslado. Se nos dijo que en el caso de Tomás,
el General Menéndez presidiría el fusilamiento para "
dar el ejemplo", "consolidar la tropa", etc.
No fue éste el único simulacro de enfrentamiento organizado
por el III Cuerpo».
UN
RECUERDO
El 17
de septiembre de 1975, se publicó el ELECTRUM 500, editado por
Luz y Fuerza de Córdoba en la Resistencia, ya que el Sindicato
había sido injustamente intervenido y tomado por las fuerzas
de la Intervención Federal que por aquel entonces gobernaba la
provincia de Córdoba, a cargo de Raúl Lacabane.
Además,
en la Asamblea General se habla de un intruso, el “intruso”,
apodo con el que se denominaba al interventor de nuestro sindicato,
había convocado para que los afiliados designaran a los representantes
obreros en las comisiones estatutarias.
Quizás
el interventor pensó que a esa asamblea solo concurrirían
sus allegados, sus adeptos, los denominados “colaboracionistas”.
Sin embargo el gremio en pleno llenó la sala. Así fue
que cuando el interventor permitió que la asamblea designara
a quién la encabezaría, la mayoría de los compañeros
presentes eligió como Presidente a Tomás Di Toffino y
como sus colaboradores a Chincho, Díaz y Daziano (por 361 votos
contra 71 del propuesto por los “colaboracionistas”).
Este fue
un reconocimiento del gremio a la trayectoria de Di Toffino que, sobre
todo en la resistencia, demostró sus cualidades de conductor,
mientras el “Gringo” Tosco permanecía en la clandestinidad
perseguido por la triple A.
La Asamblea
se declaró soberana y tras designar a los representantes en las
distintas comisiones estatutarias, modificó el orden del día
y resolvió, además, reclamar la libertad de los trabajadores
del gremio injustamente detenidos, la reincorporación de Agustín
Tosco a la EPEC (que tras su ilegal pedido de captura fue injustamente
cesanteado por la Empresa), la normalización inmediata del sindicato,
el rechazo para que el primer mes de aumento de sueldo se depositara
en la cuenta del sindicato intervenido y un aumento general de remuneraciones.
La asamblea tuvo mucha repercusión y distintas crónicas
sobre el particular fueron publicadas por los diarios locales: La Voz
del Interior, Los Principios y el Córdoba, y por La Nación,
La Razón y Clarín a nivel nacional.
Tamaño
desafío a la intervención sindical y a la intervención
federal de la provincia, provocó una nueva persecución.
“Sin
un peso”
El 30 de noviembre habían cobrado sus salarios, Tomás
llevaba su salario en el bolsillo, por supuesto además de secuestrarlo,
se quedaron con el salario y su familia pasó un mal momento económicamente,
esto es parte de la anécdota, a esto se sumó la desaparición
hasta la fecha.
Fue secuestrado en plena calle Sucre a pocas cuadras de la EPEC, actual
sede central, sin ningún problema. Todo era parte de la realidad
de aquellos años.
EN
EL NUNCA MÁS
El libro
que confeccionó la CONADEP-Córdoba, el “Nunca Más”
cordobés, tiene el siguiente registro histórico de lo
sucedido con nuestro compañero desaparecido:
Tomás
Carmen Di Toffino. –D 28
Dirigente
del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba, secuestrado a la salida
de su trabajo en la Empresa Provincial de Energía (EPEC), a plena
luz, el 30 de noviembre de 1976, a las 13:30 horas, en la calle Sucre
entre Tablada y Humberto Primero. Lo arrastró por la fuerza un
grupo de civiles, que invocó pertenecer a la Policía Federal,
ante la vista impotente de los compañeros de trabajo y numerosos
transeúntes.
Todos los requerimientos, todas las gestiones y averiguaciones dieron
resultado negativo. Ante cada hábeas corpus la respuesta fue
la misma: Di Toffino no estaba detenido en ninguna dependencia oficial.
Empero, hoy, repetidos y coincidentes testimonios revelan su destino:
estuvo varios meses secuestrado en la dependencia militar del campo
de La Perla, soportó el más terrible período de
tortura y finalmente fue “trasladado” en condiciones que
los testimonios narran como invariablemente asociadas a la ejecución
e inhumación clandestina.
FUENTES:
Nunca Más, Electrum, fuentes propias.
* Coordinadora
de los Cursos de la Escuela de Formación Político Sindical
de Luz y Fuerza de Córdoba.
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