VILLA CRESPO - ADELANTO DEL LIBRO
 

 
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VILLA CRESPO TIENE HISTORIA

3 DE JUNIO DE 1888 - 2012

BUENOS AIRES CIUDAD INDUSTRIAL
VILLA CRESPO TIENE HISTORIA

BARRIADA OBRERA

Por Elena Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital

3 de junio del 2012

El libro de próxima aparición investiga sobre la ciudad industrial de Buenos Aires, sus barrios y la conformación de estos.

Indudablemente, Villa Crespo fue parte de ese proceso industrial, que anudó un amplio cordón industrial con gran fuerza en el sur pero que irradió hacia el oeste y centro de la Ciudad de Buenos Aires.

En principio, cuando comenzó una reconstrucción distinta, diferente del nacimiento del barrio, nos pusimos objetivos claros: ESTE BARRIO INDUSTRIAL que albergó una población inmigrante y nativa que envolvió las fábricas con el asentamiento humano.

Buscamos retratar la cultura, la educación y las luchas que atravesaron Villa Crespo, innegablemente, encontramos otros aspectos relevantes de un largo proceso histórico que no comienza con una fecha determinada sino tiene un influjo esencial durante décadas, acaso siglos.

La historia es, además de un trabajo interdisciplinario, una ciencia que intenta verificar a partir de tesis, hipótesis que puedan ser comprobadas, lo contrario se puede conformar en un relato tendencioso.

En la actualidad se intenta capturar la historia para hacerla funcionar a partir de fechas o días u horas determinadas, todo alejado de la verdad, la realidad y que se pueda verificar. Por eso, este trabajo que es un adelanto, simplemente, intenta retratar aspectos esenciales de aquellos años de conformación, construcción y artífices de aquella organización barrial.

Villa Crespo atravesó el modelo agroexportador, el Estado de Bienestar, o keynesiano o Benefactor, lo que se conoció como los gobiernos populistas y luego soportó la llegada del denominado neoliberalismo, la erradicación industrial de su ciudad, en 1977, y una historia plagada de fuertes dolores durante esa etapa que son las consecuencias de las políticas implementadas.

En ese marco nos dimos, también, la tarea de rescatar la dolorosa nómina de detenidos – desaparecidos – asesinados del barrio.
Por ese proceso histórico no pudimos poner límites exactos geográficos al mismo, eso es propio de compartimentos estancos alejados de la verdad histórica.

Los detenidos desaparecidos asesinados del barrio fueron también de otros espacios, en límites no tan precisos, muchos que vivieron en el barrio sufrieron el escarnio en otras latitudes. Con ese concepto histórico armamos y reconstruimos la nómina, con faltantes y yerros que no han sido cubiertos en la actualidad, como obreros que aparecen como empleados o estudiantes que no tienen otra situación.
Por eso, esta introducción, que me parece esencial, para avanzar sobre una historia que como dice Leopoldo Marechal no tiene punto final sino puntos suspensivos.

ADELANTO

El Intendente de la Capital Federal, entre el 22 de junio de 1890 y el 31 de octubre de 1892, fue Francisco F. Bollini, en la Memoria Municipal correspondiente al 1890, primer ciclo de su gobierno afirmaba:
¨El desarrollo de este núcleo de la población Obrera adquiere cada más adelantos, al punto de ser un barrio con derecho a convertirse en Parroquia. Villa Crespo, fundada en terrenos de y para la Fábrica Nacional de Calzado, está situada en las calles de Corrientes y Ministro Inglés. Posee 4.132 habitantes y 143 edificios, entre los cuales se cuentan los de dicha empresa, una fábrica de carbón, 28 casas de comercio y además un hermoso colegio y un teatro que sirve de control de recreación a los obreros¨.

La inmigración comienza a llegar a estas latitudes sobre la década del sesenta en el siglo XIX, estas primeras llegadas no fueron verdaderamente numerosas, la eclosión inmigratoria se dará a partir de 1870 y hasta 1914 con las interrupciones propias de crisis internacionales o situaciones sociales y políticas en nuestro territorio, tema que desarrollaremos más ampliamente.

Entre estos inmigrantes que se afincarán en lo que aún no era Villa Crespo está un italiano, Antonio Piratte, que llega a Buenos Aires en 1860, su profesión era maestro de fuego.

Se dedicó a los fuegos artificiales que generalmente se importaban, como es de esperar se utilizaban, como en la actualidad, para las festividades: fiestas patrias, festejos de las parroquias, celebraciones municipales y otras.

Para esta actividad necesitaba un lugar no poblado, amplio y de terrenos económicos. En 1890 relatan las crónicas que le adquiere unos terrenos a la viuda de Comastri, estos traspasaban los límites de la ciudad, estaban ubicados en el cruce de Corrientes y Dorrego, en ese momento un inmenso lodazal y despoblado, si bien ya se habían incorporado Flores y Belgrano a la novel Capital, pero este espacio ya con fábricas y obreros trabajando, era un despoblado.

En esos terrenos construyó galpones y/o barracas de mampostería y madera, de entrada contrató 20 obreros que se dedicaron a la fabricación de cohetes, luces de bengala y ruedas de fuego. Se transformó en proveedor del municipio y de otras instituciones. Hizo una gran fortuna con sus fórmulas que sostenía, eran secretas, luego, continuaron su empresa los hijos.

En la esquina sudoeste estaba el Cementerio de la Chacarita, lo que hoy es Parque Los Andes, ya abandonado para principios de siglo. En la esquina sudeste hubo una antigua pulpería, luego un almacén de Ramos Generales, primer dueño un catalán José Más y luego el italiano Vicente Salinetti.

La fábrica de fuegos de artificio estaba ubicada en la acera este de Dorrego entre Corrientes y Villarroel.

Ya hacia 1903, la zona estaba mucho más poblada, es así que el 20 de marzo de ese año se produce un incendio en el establecimiento y por supuesto, voló todo, la explosión fue monstruosa, el siniestro se escuchó a varias manzanas a la redonda, fue una alarma para toda la ciudad, se pensó incluso que habían explotados los polvorines del Arsenal de Guerra.
Murieron obreros de la fábrica, edificios y negocios colindantes con serios destrozos, varias dotaciones de bomberos con los carros a caballo y una nube que cubrió toda la zona.

Fue necesario este siniestro con la muerte de los trabajadores para que la municipalidad decidiera la erradicación de dicha fábrica hacia otro lugar, en este caso Ciudadela.

TALLERES METALÚRGICOS MASPERO
Esta fábrica también es anterior a la conformación del barrio como tal. Se instala en Serrano 250 en 1886, dos años antes de la piedra fundamental de la fábrica del calzado.

Fundada por Luís Máspero estaba especializada en la metalurgia, especialmente buhonería y clavería, así rezan en los papeles de la época y en los anuncios de prensa. Luego instalan otra planta en Deán Funes 926, en el actual barrio de Balvanera, en 1933, entre ambas plantas trabajaban unas 300 personas: operarios y trabajadores en general.

Fabricaba unas 7.000 piezas o artículos diferentes, una producción anual de 1.800 toneladas con un valor en pesos del momento de 1.500.000. El salario de un obrero calificado era de 180 pesos mensuales, en julio de 1930, plena crisis.
Producía materiales para tranvías, ferrocarriles, astilleros, frigoríficos, ingenios y telégrafos. La fábrica ocupaba la calle Serrano actual entre el 250 y 292 y tenía un depósito en la calle Padilla 956.

FABRICA NACIONAL DEL CALZADO
En 1888, en el mes de junio se coloca la piedra fundamental de la Fábrica Nacional del Calzado. Esta es una sucursal de la firma Wattine, cuya casa matriz se encontraba en el centro de la ciudad. La misma se instala en la manzana actual, delimitada por las calles: Padilla, Gurruchaga, Murillo y Acevedo, esta albergó en su momentos más productivos a 3.000 trabajadores asignados a la producción del calzado, entre operarios y empleados, donde había una cantidad de mujeres. Téngase en cuenta que el trabajo en el calzado fue una de las actividades laborales de las mujeres en esos años de la industrialización al calor del modelo agro exportador.

En la Memoria Municipal de 1890 continúa el Intendente Bollini: ¨Tiene también un hospital, con su botica correspondiente. Como se ve, éste es un barrio de trabajadores…¨

Estas consideraciones avalan, además de los ensalzamientos a Benedit y Balcarce, de mérito suficiente para que el barrio tenga la protección de la Municipalidad: ¨por estar llamado a ser un centro obrero de consideración y se ha formado una plaza en terrenos de la Fábrica con una superficie de 12.544 metros cuadrados¨. Sobre dicha plaza indagaremos más adelante.

En la actual Scalabrini Ortiz y Corrientes estaba la fábrica de Cigarrillos Trillo, en aquellos años, esencialmente eran operarias las que trabajaban en la elaboración de cigarrillos, puros y otros, inclusive en los conventillos en el denominado trabajo sudor.

Ricardo M. Llanes comentaba en 1957: ¨por los días de 1915 y que se abría diariamente, como obligada ruta funeraria¨, habla de la conjunción entre Triunvirato y Canning, actuales avenidas Corrientes y Scalabrini Ortiz. Y continúa: ¨Tampoco tenemos en la primera cuadra frente a un depósito de hierros, el cinematógrafo Lavalle, que luego se llamó Florencio Sánchez, ni vemos por ahí salir a las operarias de la fábrica de cigarrillos Trillo¨.

En 1907 se construye un edificio que en las actuales avenidas Corrientes y Dorrego se ubica la fábrica de tejidos de Julio Aramburu. Hoy están en dicho espacio la firma de manufactura y venta de la firma Majdalani.

La fisonomía de El camino de Ministro Inglés, a partir de 1893, avenida Canning y luego avenida Raúl Scalabrini Ortiz se proyectaba en la Guía Hugo Kunz de 1886, de la siguiente forma: ¨Calle Ministro Inglés, que nace en el Río de la Plata y tiene su fin algo más allá de Rivera, avenida Córdoba, Partido de Flores. En su trayecto hay 25 casas, todas ellas sin número y casi todas pertenecen a quinteros, agricultores, bolicheros y carreros¨.

Entre los recuerdos y mostrando el barrio obrero Juan José de Soiza Reilly en la década del treinta comentaba hablando de la calle Triunvirato en las mesitas de sus cafés, ubicadas en la vereda:

En tanto a los conventillos, el periodista Soiza Reilly afirmaba en Caras y Caretas, noviembre de 1930, segunda época: ¨Los vecinos no eran gente mala: eran obreros honestos, laboriosos, pero entre ellos florecían inevitables compadritos y algún malevo…¨ fuera de los prejuicios y la realidad de los trabajadores, el periodista pinta la barriada obrera.

En el límite, donde estuvieron los grandes terrenos de la familia Comastri se construyó una industria con galpones o barracas de mampostería y madera, el dueño era Antonio Piratte, este era un maestro de fuego que se dedicaba a los fuegos artificiales, algo reseñado más arriba.

Por la actual avenida Corrientes estaba un trazado de vías férreas por donde transitó el Tren de los Muertos rumbo a Chacarita.

Volviendo a la Fábrica Nacional del Calzado, esta tenía el nombre de Wattine y Cia o L´Industrialle Belge, se trasladó a Villa Crespo en 1888.
En la década del 20 y 30 del siglo XX, el barrio tenía una formación, o mejor dicho una conformación determinada, en sus instalaciones había una curtiembre, una fábrica de artículos de cuero y calzado y las viviendas populares.

Vamos a leer a Leopoldo Marechal en Adán Buenosayres: ¨había cruzado la calle Murillo y marchaba entre las paredes negruzcas y los carros pestilenciales de la curtiembre La Universal¨, en realidad se refiere a La Federal. ¨Los trabajadores del tercer equipo, tirados en el suelo, dormían pesadamente con sus gorras bajo la nuca, esperando el aullido de la sirena que no tardaría en llamarlos…¨

CURTIEMBRE LA FEDERAL
El predio de la curtiembre era de 12.600 metros cuadrados, allí había un gran edificio central y una bomba para extraer agua del subsuelo que daba 70.000 litros por hora. El portón principal estaba en la calle Gurruchaga ahí había mampostería que representaban lo que había sido aquellos años, varias cabezas de vacunos en un relieve, como en etapas de la historia lejana, representando en imágenes la realidad social de aquellos tiempos.

La instalación, relativamente, rápida de una población alrededor de sus lugares de trabajo, es una situación social clara en la historia del movimiento obrero internacional, tema que desarrollaremos más adelante.

La industrialización trajo progreso para el desarrollo capitalista, pero los medios de transporte, las largas jornadas, los escasos descansos, los salarios siempre míseros fueron el detonante que las barriadas se armaran alrededor de las fábricas, por ello, los grandes barrios, conventillos, casas y otras formas de vivienda se instalaron rodeando las fábricas, talleres y lugares de trabajo.

Una mirada sobre todo el país nos dejará claro el panorama, Buenos Aires, su Capital Federal no fue diferente en ese aspecto. La urbanización, la mayor cantidad de población acarrea que estas fábricas con problemas serios de contaminación, olores nauseabundos, cueros y tintas, cueros sin curtir y luego procesados fueron el detonante de que muchos vecinos presionaran para la erradicación de las industrias hacia lugares más abiertos. De todas formas las políticas indicadas por la división internacional de trabajo marcó para nuestro país el proceso desindustrializador, el cual tardó en llegar, pero hoy se regodea en este panorama doloroso de la falta de trabajo.

El 24 de julio de 1981, el municipio, eran tiempos de la dictadura militar, dicta una ordenanza la Nº 36.888 disponiendo el desalojo de la Curtiembre, que ya no funcionaba, anteriormente había otro decreto ley sobre la erradicación industrial de la Ciudad hacia la provincia, expulsando una importante mano de obra industrial.

FÁBRICA DE TEJIDOS DELL´ACQUA
Esta fábrica estaba ubicada cerca de la actual avenida Córdoba, a orillas del arroyo Maldonado y las vías del ferrocarril, en el anterior BAP Buenos Aires al Pacífico. Ocupaba una manzana, tenía dos pisos altos, hoy está el edificio reciclado, allí estaban las maquinarias para la manufactura del hilo, lana y algodón. Se sostiene que trabajaban alrededor de 1.500 operarios y trabajadores en general.

Esta empresa fue fundada por el italiano de Varesse, Enrico Dell´Acqua que llegó en 1887, primero se instaló en el centro y pronto eligió estos terrenos extensos y económicos de los suburbios de la ciudad. El edificio fue proyectado por un hijo de Comastri, Luís Comastri, quien estudiaba en la Real Academia de Bellas Artes de Florencia, Italia. El edificio actual está en las calles Darwin y Loyola.

Hacia 1899 laboraban alrededor de 1.500 obreros y trabajadores. El transporte de las mercancías se hacía en chatas cargadas con algodón y lana en fardos, que luego se debían manufacturar y transformarlos en vestimentas y otros.
Hacia 1930 se producían a diario un valor en tejidos por 40.000 pesos, el jornal era de cinco pesos diarios.

TRABAJO INFANTIL
En 1902, en la fábrica Dell´Acqua trabajaban unos 100 chicos, entre estos 1.400 trabajadores y trabajadoras, porque abría que analizar la proporción de mano de obra femenina.

La presencia tanto de la mujer como de los niños y niñas trabajadoras, no se debe a un problema de que no había leyes o convenciones internacionales que prohibían dicho trabajo infantil, sino analicemos la actualidad. No valen ni sirven tantas convenciones internacionales.

El tema central es que se calcula que el salario de una mujer era el 50 por ciento del hombre y el de un chico un 25 por ciento. En líneas generales: 2 mujeres por un hombre. Una mujer y dos niños por un hombre, cuatro niños por un hombre. La ecuación fue bajar costos, abaratar a costa de mayor explotación, en este caso de la mujer y los niños y niñas.

En un artículo publicado en el diario La Prensa, en esa época, perteneciente a Tenenbaun, nos vamos a remitir sólo a un par de párrafos para mostrar en las condiciones que trabajaban los chicos, entre 6 y 8 horas diarias en la fábrica Dell´Acqua.

¨Construida al modo de las pequeñas estaciones ferroviarias levantadas por los ingleses en el interior, la austera mole era de ladrillos, sólidos, compactos, firmemente unidos con impenetrable argamasa y expuestos sin revestimiento que disimulara su rusticidad. (…) Escuetamente dibujaban la planta cuadrada de la fábrica cuyas altas y regulares ventanas de fuertes rejas no daban alivio, antes al contrario a la inquietante sensación de encierro forzoso que me transmitían, generando un malestar que me secaba la garganta y dificultaba la deglución¨.

En 1901 se produce un incendio. Nuevamente tomamos las impresiones de un periodista que cubre el siniestro: ¨Se incendió la fábrica Dell´Acqua. Sociedad Italiana de Exportación, edificio cercano al Maldonado. Acudió el comisario de la sección (…) y luego los bomberos y la tropa del Regimiento 9º de Infantería (…)

La fábrica tiene dos pozos semisurgentes, pues el arroyo está casi siempre seco y la zona no tiene aguas corrientes. Se quemó el depósito de algodón y los 1.400 OBREROS SERÁN DESPEDIDOS DEL TRABAJO¨. Lo resaltado es de mi autoría.

Durante la Semana Trágica la fábrica debe cerrar sus puertas porque, los trabajadores de la misma, se sumaron a aquellas memorables jornadas de resistencia y lucha, el entierro de los manifestantes y la matanza en la Chacarita, el cortejo fúnebre y los miles de obreros y obreras que fueron solidarios y participantes de aquellos días negros en la ciudad.
El trabajador de la fábrica Esteban Benvenutti, luego escribirá sus recuerdos, trabajó desde 1911 hasta su cierre, aproximadamente en 1935. Recordemos que Dell´Acqua llega al país en 1887, primero se instala en el centro y luego se muda a Villa Crespo, hacia 1890.

¨Durante la crisis de los años 1914-15, primera guerra mundial, que obligó al cierre temporáneo de la fábrica, reabierta paulatinamente después de seis meses, el exagerado encarecimiento de los artículos de primera necesidad dio motivo a que pusieran en práctica algunos principios de solidaridad. Primero propicié la fundación de una Sociedad de Ayuda Mutua entre el personal de la fábrica y mediante una modestísima suma mensual se proporcionaba asistencia médica, medicamentos y otros subsidios por enfermedad o desgracias de familia. Más tarde la dirección facilitó un local en sus dependencias y allí se instaló una proveeduría, manejado por el propio personal para que se pudieran adquirir en mejores condiciones de precio: artículos de peso exacto, ya que allí no había fines de lucro. Estas iniciativas tuvieron éxito y se prolongaron por un cuarto de siglo. Entre los años 1920 y 1930 la empresa llegó a ocupar un lugar muy destacado en la industria y el comercio del país por la presencia de la fábrica, el taller de confecciones, la sección importación y más de 30 sucursales de venta al público, en su mayoría instalados en el edificio propios en las mejores ubicaciones de la Capital y ciudades del interior. En 1933, la dirección resolvió la liquidación de todas las sucursales y poco después el cierre de los talleres¨.

Este es parte de un recorrido por algunas de las fábricas del barrio, de sus trabajadores y de las condiciones de vida y labor diaria, el trabajo infantil y de la mujer y la sobre explotación. La participación de los trabajadores en jornadas de lucha y las formas de organización que fueron construyendo.

Una historia alejada de héroes y hombres magnánimos, los verdaderos héroes fueron sus constructores…

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