NOTA
RECOMENDADA
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Berni al palo, pero con discurso clásico
Esta semana, en el programa de TN "Código Político",
el secretario de Seguridad Sergo Berni dijo, entre otras cosas:
"La Policía Federal argentina es una de las más
avanzadas del mundo. Pero si nosotros detenemos a una persona
diez veces y al otro día está libre, ¿es
nuestra la culpa? (...)
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NOTA
ESPECIAL
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Otoño Uriarte y Carlos Fuentealba sólo tendrán
justicia en las calles
En
vísperas del día del maestro, la jueza Ana Malvido
sobreseyó a los 15 imputados en la causa "Fuentealba
II", que investigaba las responsabilidades políticas
e ideológicas en el asesinato de Carlos Fuentealba, ocurrida
durante la represión policial, el 4 de abril de 2007, a
una movilización docente en la ruta 22 a la altura de Arroyito,
Neuquén. |
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Los jueves, alrededor de las 19:00, escuchá
la columna de María del Carmen Verdú en el programa
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Herman Schiller en Radio La Caterva. Seguilo en vivo en fmlacaterva.blogspot.com
o escuchá los programas anteriores enwww.ivoox.com. Teléfono
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2014
(En
el ENA - Encuentro Nacional Antirrepresivo)
BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 730
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BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 730
Del
17 de septiembre del 2014
Por
CORREPI especial para Villa Crespo Digital
5
de octubre del 2014
Sumario:
1. Berni al palo, pero con discurso clásico.
2. Otoño Uriarte y Carlos Fuentealba sólo tendrán
justicia en las calles.
3. Ética policial: de narcos y delincuentes.
4. Yoga "antiestrés" para los policías puntanos.
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Berni al palo, pero con discurso clásico
Esta semana, en el programa de TN "Código Político",
el secretario de Seguridad Sergo Berni dijo, entre otras cosas:
"La Policía Federal argentina es una de las más
avanzadas del mundo. Pero si nosotros detenemos a una persona diez
veces y al otro día está libre, ¿es nuestra
la culpa? (...) Si el 95% de las personas detenidas no llegan a
juicio, para la Ley son inocentes. Nosotros seguimos mejorando,
incorporando tecnología y logística, hacemos todo
ese esfuerzo, pero el resto de la cadena no está a la altura
de las circunstancias".
Desde que el coronel fue designado como responsable del conjunto
de las fuerzas de seguridad federales, y más aún desde
que está jerárquicamente subordinado a una ministra
de bajísimo perfil público, uno de sus roles ha sido
el de ser la voz "dura" del gobierno nacional en materia
represiva. Pero esas posiciones no son exclusivamente personales,
ni mucho menos originales.
Durante el menemato, Carlos Corach era el principal encargado de
difundir las campañas de "ley y orden". En 1999,
durante la campaña para la gobernación bonaerense,
el candidato que resultó ganador, Carlos Ruckauf, disparó
su célebre "Hay que meterles bala a los ladrones".
Poca diferencia con el conteo de "delincuentes abatidos"
que el actual gobernador Scioli hace desde que estrenó su
"emergencia en seguridad".
"Por mucho que haga la policía actuando bien, la justicia
libera, libera. Es hora de que la justicia se ponga los pantalones
largos", dijo literalmente con el mismo calibre que Berni,
el primer lenguaraz del kirchnerismo, Aníbal Fernández.
Y en 2008, fue la propia presidenta Cristina Fernández la
que por cadena nacional bramó: "Los policías
detienen y detienen y la justicia libera y libera". La misma
semana, el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, aportó
lo suyo, nada menos que en el coloquio empresarial de IDEA: "Los
jueces deben entender que el sistema no debe ser una puerta giratoria".
Las escandalosas excarcelaciones de policías que llegan a
juicio acusados de gravísimos delitos, como homicidios y
torturas, y su natural consecuencia, la anunciada profugación
cuando son condenados, como ocurrió con el sargento Néstor
Adrián González y el cabo 1º Martín Alexis
Naredo, son muestra cabal de que, digan lo que digan, la puerta
giratoria sólo funciona cuando se trata de uniformados.
En el mismo programa de TV, Berni volvió a defender a sus
gendarmes saltarines e infiltrados, y no se privó de cargar
contra los inmigrantes: "Tengo una lista de ciudadanos extranjeros
que fueron detenidos más de 10 veces. Hay que tener coraje
para firmar la orden de detención, y hay jueces que no lo
tienen, y otros que no tienen ganas de trabajar". Naturalmente,
no se refiere a los empresarios extranjeros que saquean nuestro
país y explotan a los trabajadores, sino a los hermanos latinoamericanos
que comparten la pobreza argentina en villas y asentamientos.
Tampoco esta línea es novedosa. En enero de 1999, el ministro
Corach afirmó que el 77% de los autores de delitos eran extranjeros,
dato que las estadísticas oficiales desmintieron de inmediato:
el porcentaje real era el 5%. Claro que, sólo en la comisaría
7ª (Once), 11.200 latinoamericanos fueron detenidos durante
1998 y 1.300 durante los primeros 25 días de 1999 sin que
hubiesen cometido delito alguno. De ese total, el 98,2% fue víctima
de la habitual "discrecionalidad" policial: averiguación
de antecedentes o código de faltas. Sólo el 1.8% era
imputado en una causa penal.
Si hoy dispusiéramos de los recursos de entonces –esas
estadísticas de detenciones dejaron de publicarse poco después-
seguramente obtendríamos resultados similares.
Como sus antecesores en el rol de vocero de la mano dura, Berni
expresa, para la parte de la tribuna que disfruta (y vota) ese tipo
de declaraciones, lo que es la política oficial de su gobierno.
No es casual que en las encuestas encargadas pensando en las elecciones
2015 ya se esté midiendo su imagen positiva. |
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Otoño Uriarte y Carlos Fuentealba sólo tendrán
justicia en las calles
En
vísperas del día del maestro, la jueza Ana Malvido
sobreseyó a los 15 imputados en la causa "Fuentealba
II", que investigaba las responsabilidades políticas
e ideológicas en el asesinato de Carlos Fuentealba, ocurrida
durante la represión policial, el 4 de abril de 2007, a
una movilización docente en la ruta 22 a la altura de Arroyito,
Neuquén.
Para la jueza, que hizo caso al planteo del Ministerio Público
Fiscal y de las defensas de los imputados, no hubo ninguna responsabilidad
en el asesinato, más allá del policía Darío
Poblete. La medida benefició al ex secretario de Seguridad
de Neuquén Raul Pascuarelli, el ex jefe de policía
Carlos Salazar, el ex subjefe Moisés Soto y a otros 12
policías neuquinos que participaron de la represión.
A 7 años del asesinato, la justicia neuquina y el gobierno
de Sapag sostienen la impunidad con la que actuó el ex
gobernador Jorge Sobisch y cierran toda puerta que comprometa
a los que comandaron y ejecutaron el ataque.
En otro punto del sur argentino, el caso de Otoño Uriarte
corrió la misma suerte, el mismo circuito de la impunidad:
los seis acusados por la desaparición y asesinato de la
joven fueron sobreseídos, porque para la jueza Sonia Martín
no hubo suficientes pruebas para enjuiciarlos.
Néstor Cau, Germán Antilaf, José Jafri, Maximiliano
Lagos, Federico Saavedra y Juan Calfiqueo, todos acusados por
el secuestro, violación y asesinato de Otoño en
2006, fueron beneficiados por la justicia rionegrina que deja
así impune un femicidio brutal, ligado a la connivencia
entre las redes de trata, la policía y el poder político.
En diferentes momentos de la causa, Roberto Uriarte, padre de
Otoño, señaló las irregularidades con que
se estaba llevando a cabo la investigación desde la desaparición
de la chica, hasta el descubrimiento de su cuerpo asesinado. Antes
de que apareciera el cuerpo de Otoño, se descubrió
por una escucha telefónica que la comisaría 8ª
de Choele Choel encubría y tenía fuertes vínculos
con una red de trata que sometía a sus víctimas
a la prostitución, facilitando documentos apócrifos
para falsear identidades y edades de las jóvenes raptadas.
Por otra parte, la policía rionegrina constantemente planteó
hipótesis contradictorias e impidió la realización
de operativos que pudieran involucrar a efectivos en la desaparición
de Otoño.
La lucha continúa, siempre, en las calles, con los trabajadores
de la educación en lucha y la organización de los
familiares Otoño, nuestros compañeros en el ENA. |
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Ética policial: de narcos y delincuentes
En
la tarde del viernes 12 de septiembre, cuatro hombres fueron detenidos
por policías federales, cuando escapaban después
de haber robado una financiera en el microcentro porteño.
Dos de ellos, de 23 y 38 años, resultaron ser también
policías, pero de la Metropolitana, la fuerza represiva
de la que se vanagloria el gobierno de Mauricio Macri.
Cuando fueron requisados tras la detención, portaban tanto
las pistolas 9mm reglamentarias, con las que perpetraron el delito,
como las chapas identificatorias de la fuerza.
La misma semana, en Reconquista, al norte de Santa Fe, el oficial
provincial César Ibáñez, que se desempeñaba
en procedimientos antinarcóticos y ocupaba el cargo de
subjefe de la Brigada Operativa Departamental IX de la Dirección
Provincial y Control de Adicciones, fue detenido con cocaína
en su poder, cerca del casino del puerto de la ciudad de Santa
Fe.
Ibáñez integraba la brigada antidrogas desde hacía
varios años, y estuvo bajo la gestión del jefe de
Inteligencia de Zona Norte, Daniel Musante, que fue desplazado
en mayo de 2013 por torturar a dos sospechosos de traficar drogas.
El polinarco detenido este jueves había olvidado una mochila
en un bar, donde se le encontraron 95 gramos de cocaína,
su pistola reglamentaria y discos con escuchas telefónicas
de causas que se están investigando actualmente.
Unos días después, en Santiago del Estero, la justicia
logró identificar a los integrantes de una banda dedicada
a estafar a familias de trabajadores que anhelaban acceder a una
casa del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU).
Con una elaborada puesta en escena, ofrecían por $20.000
acelerar el trámite para la adjudicación de las
viviendas, y hasta los llevaban a los barrios a visitar inmuebles
vacíos. Naturalmente, el recaudador era un policía.
Por último, en el norte del conurbano bonaerense, una causa
judicial en la que se investigaba a una banda especializada en
entradoras, terminó con cuatro policías presos,
entre ellos un subcomisario, y una comisaría allanada.
Es que, de las escuchas ordenadas sobre el celular de uno de los
asaltantes investigados, surgió que los policías,
todos de la "Crítica", la 3ª de San Fernando,
en la que supo gestarse el Escuadrón de la Muerte comandado
por el sargento Hugo "El Beto" Cáceres, habían
cobrado una coima para liberar a uno de los integrantes de la
banda, que habían detenido en abril pasado.
El fiscal se enteró, con las escuchas, que tres miembros
de la banda que él investigaba intentaron entrar a una
casa en Victoria, pero fueron interrumpidos por la llegada de
la policía. Dos escaparon, y el tercero quedó detenido.
En lugar de avisar al fiscal, hicieron que el preso llamara a
su mujer a la comisaría, "a ver cómo se podía
arreglar". Tras el pago de $42.000, la detención quedó
registrada como una averiguación de antecedentes, y el
ladrón se fue, más pobre, pero libre.
Sólo cuatro casos que demuestran que inseguridad, es la
policía en la calle.
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Yoga "antiestrés" para los policías puntanos
Parece
que los policías de San Luis andan nerviosos y contracturados,
así que el gobierno provincial decidió mandarlos
a hacer yoga. A partir de la firma de un convenio entre el gobernador
puntano, Claudio Poggi, y el Embajador Amarendra Khatua de la
India, el Instituto Superior de Seguridad Pública Coronel
Juan Pascual Pringles implementará el "Programa Ayurvédico
Anti Estrés", un sistema que "garantiza encontrar
equilibrio entre mente y cuerpo".
Los cursos se dictarán a policías de calle, bomberos,
personal de comisarías, comando radioeléctrico,
policía caminera y grupos especiales, y durarán
cuatro meses.
Según informó el gobierno provincial, el sistema
busca que "el estrés no cause daño a la persona
y pueda asimilar de manera adecuada y apropiada las situaciones
de riesgo con las que se encuentran a diario".
La noticia, en rigor, no es novedosa. En 2006, el conocido budista
Ravi Shankar, promocionado por sus seguidores como "el hombre
que está cambiando al mundo", firmó un convenio
con el entonces ministro de Justicia de la Nación, Alberto
Iribarne, para dar sus cursos al personal de las cárceles,
y otro con la viceministra del Interior, Silvina Zabala, para
darlos al personal de la Policía Federal.
Son miles los fusilados por el gatillo fácil, los torturados
y muertos en cárceles federales desde entonces. No crean
que en San Luis se hará el milagro, por más meditación
o yoga que hagan. A lo sumo, reprimirán más relajados. |
FUENTE:
CORREPI
Caracteres:
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Martes, 1 Noviembre, 2016 17:49
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