NOTA
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FM 93.9, o en
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o escuchá los programas anteriores enwww.ivoox.com. Teléfono
para mensajes: 4302-1203. Mail: fmlacaterva@gmail.com. |
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2014
(En
el ENA - Encuentro Nacional Antirrepresivo)
BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 719
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BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 719
Del
22 de junio del 2014
Por
CORREPI especial para Villa Crespo Digital
26
de junio del 2014
Sumario:
1.
¿Abu Ghraib, Irak? No, San Luis, Argentina.
2.
La inseguridad siempre tiene la gorra puesta.
3.
De “víctimas inocentes” y “justicia por mano
propia”.
4.
La represión de todos los días.
5.
Cristina y De La Sota reprimen y criminalizan la protesta social.
6.
Próximas actividades.
¿Abu
Ghraib, Irak? No, San Luis, Argentina
Esta
semana, un diario de la provincia de San Luis publicó una
serie de fotos tomadas el 22 de abril de 2013, durante una requisa
en el pabellón de menores de la cárcel local. En
las imágenes se ve a los presos, jóvenes de entre
18 y 20 años, en un patio, desnudos, con las manos a la
espalda y alineados a la pared en posición “mahometana”,
es decir, arrodillados e inclinados hacia adelante, con la cabeza
contra el piso. Los custodian (y hasta posan para las fotos) los
miembros del servicio penitenciario provincial –entre ellos,
el jefe de la unidad- con perros (los de cuatro patas) peligrosamente
cerca de los expuestos genitales de los prisioneros.
En
los pocos medios que reprodujeron la “noticia”, igual
que cuando trascendió el video de chicos torturados en
la comisaría de Salta, se habla de “escándalo”,
como si se tratara de un hecho aislado e inédito. Ninguna
cosa es ya novedosa en materia de tormentos en cárceles
y comisarías. A lo largo y ancho del país, este
es el trato habitual que padecen las personas que están
privadas de su libertad.
En
este caso se trata de varones jóvenes, los que padecen
más directamente el estigma del sistema y su selectividad.
La humillación y el tormento son herramientas para que
los carceleros puedan marcar el poder que tienen sobre sus vidas.
Aun
más inadvertidos, y tan preocupantes como el propio hecho,
pasaron los “comentarios de lectores” posteados en
los sitos de los medios online que lo publicaron. Allí
aparece el “sentido común” impuesto por la
cooptación de consenso, con frases como: “mejor,
así aprenden desde temprano” o “¿qué
se creen, que están de vacaciones?” referido a quienes
son deshumanizados al punto de llamarlos “ratas” y
que, a criterio de esos “lectores “se lo merecen”.
Es
que, más allá de algún objetivo puntual de
obtención de información o confesiones, el principal
objetivo de la tortura sistemática es la destrucción
de la subjetividad del “enemigo” al que hay que privar
de su propia conciencia humana. No basta que estén privados
de su libertad, tienen que quedar vacíos, y tener bien
metido en la cabeza que no son nada, y sólo sirven para
ser escarnecidos. Y hasta cuando uno de estos episodios trasciende,
es usado como escarmiento hacia un mayor disciplinamiento del
pobre.
Muy
distinta es la situación, en pabellones diferenciados,
de los poquitos homicidas de uniforme que van presos, siempre
y en cualquier circunstancia protegidos por el estado, o de los
menos aún “ciudadanos de bien”, empresarios,
burócratas sindicales o curas amigos del poder.
Dos
detalles mencionados casi al pasar en la crónica periodística
es la mejor prueba de dónde están los delincuentes
peligrosos. El jefe de la unidad que aparece en las fotos, Mariano
Ibáñez, fue desplazado de su cargo y está
siendo investigado penalmente, pero por otro hecho: se descubrió
que era quien habilitaba el ingreso de drogas en la unidad. Y
el actual director del penal, Inocencio Carpio, de larga carrera
en el servicio penitenciario y antes subteniente del ejército,
acumula denuncias desde 1978, por los tormentos que aplicó
a jóvenes conscriptos a sus órdenes que fueron desplazados
a la frontera chilena durante el conflicto limítrofe de
aquel año. |
La
inseguridad siempre tiene la gorra puesta
Diariamente
repican en nuestros oídos las noticias sobre las bandas
de delincuentes, con alto nivel de logística y poder de
fuego, que dan pie a los reclamos de más dureza en el sistema
penal. Lo que no señalan los medios con igual claridad,
es que, cada vez que se desbarata alguna de esas asociaciones
ilícitas, salta el botón, confirmando lo que siempre
repetimos: la inseguridad, es la policía en la calle.
Esta
vez, la noticia es que, después de una larga investigación,
se logró desarticular una banda que operaba en City Bell,
Villa Elisa y Gonnet, las afueras de La Plata, con “especialidad”
en las entraderas en domicilios.
Tras
once procedimientos y allanamientos en Quilmes, Berazategui y
Florencio Varela, en los que se secuestraron armas de todo tipo,
chalecos y arietes rompepuertas de la policía, dinero y
objetos robados, siete personas fueron detenidas. ¿El jefe
de la banda? Ninguna sorpresa: un teniente de la Dirección
de Traslados de Detenidos Quilmes de la policía bonaerenses,
que estaba en actividad plena hasta su detención.
De
nuevo se confirma: el aparato represivo del estado es quien dirige
el crimen organizado en nuestro país. |
De
“víctimas inocentes” y “justicia por
mano propia”
“En
tiroteo entre policías y delincuentes, matan a chico de
15 años”, tituló esta semana Diario Popular.
Pero al leer la nota en detalle, resulta que las balas también
mataron a otro muchacho, e hirieron a su acompañante, lo
que apenas si es mencionado en la noticia. Claro, el otro muerto
y el herido eran “los delincuentes” que la policía
perseguía.
Las
balas se toparon con un pibe que quedó en el medio, y eso
es lo destacado; que un “malviviente”, “caco”,
u otro término empleado por la prensa burguesa, sea abatido,
es naturalizado por la redacción de la noticia como simple
contexto indiferente.
La
naturalización del gatillo fácil, según su
tratamiento en los medios, propone una distinción tajante
entre aquellos “desafortunados” casos y los otros,
donde la muerte tiene total validez y nula discusión.
Esos
eufemismos también operan para que un gatillo fácil
sea levantado en alzas al considerárselo un acto de “justicia”.
Así pasó con el efectivo del Servicio Penitenciario
de Córdoba que esta semana asesinó a un pibe de
20 años en el barrio Villa El Libertador: “Penitenciario
preso por justicia por mano propia” proclama el diario La
Voz del Interior.
El
guardiacárcel persiguió en moto, por varias cuadras,
a Walter Darío Arrieta y terminó disparándole
con su pistola calibre 9 milímetros en la cabeza, cuando
Arrieta escapaba, supuestamente, de un intento de asalto a una
vecina de la barriada.
La
“justicia por mano propia” que envalentona el diario
La Voz, es considerada un “exceso” por el fiscal Alfredo
Villegas, que dispuso la imputación por homicidio agravado
por el uso de arma de fuego del efectivo (cuya identidad fue reservada
para resguardarlo).
En
este caso, el medio de comunicación juega un rol diferenciador
entre el inocente que en su ardid “justiciero” padece
los actos de su obrar sobre el delincuente -ya por norma de la
prensa burguesa- “culpable”. Pasando por alto que,
para La Voz, “justicia” signifique abatir a balazos
a un asaltante. |
La
represión de todos los días
El
fin de semana pasado, en Viedma, provincia de Río Negro,
Ariel Almeyda, de 18 años, fue detenido por la policía
y llevado a la comisaría 1ª. Una hora después,
apareció muerto en su celda, “ahorcado” con
una frazada. Una vez más, la versión del “suicidado”,
que tanto gusta usar el aparato represivo para encubrir las torturas
y asesinatos entre rejas. Sólo en Río Negro, han
muerto “suicidados” en tiempos recientes, en una celda,
Francisco Miguel Meli, Pablo Coliqueo (en la misma comisaría
1ª de Viedma), Luis Alberto Vera, Juan Carlos Vázquez
Jara, Patricia Uribe y Guillermo “Coco” Garrido”,
por poner algunos ejemplos.
En
esa misma provincia, desapareció Daniel Solano a manos
de la policía, por organizarse en su lugar de trabajo,
y Otoño Uriarte, cuyo cuerpo aparecería tiempo después;
en 2010, Diego Bonefoi fue fusilado de un tiro en la nuca mientras
charlaba con dos amigos, y, cuando el pueblo reaccionó
ante su asesinato y se movilizó, la policía reprimió
y asesinó a Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco.
Estos
son sólo algunos pocos ejemplos, los que más han
resonado mediáticamente, debido a la lucha que han llevado
adelante familias, amigos y organizaciones, como el Colectivo
de DDHH de El Bolsón en el caso de Coco Garrido, la Agrupación
Otoño o la Coordinadora Norpatagónica, que surgió
al calor de la lucha por visibilizar el caso de Daniel Solano.
Pero,
lamentablemente, casos hay a montones. Muestras de una política
sistemática que se aplica, no sólo en esta provincia,
sino a lo largo y ancho del país.
Esto
puede verse claramente graficado en la página http://archivodecasos.com.ar,
con la distribución de más de 4.000 casos en el
mapa del país desde 1983 hasta la fecha. Es que más
allá de una policía provincial más o menos
“podrida”, la función del aparato represivo
del estado, encarnado en la fuerza provincial o nacional que sea,
es la misma: mantener a raya al pueblo trabajador, mostrar quién
manda, como forma de ejercer el control social. |
Cristina
y De La Sota reprimen y criminalizan la protesta social
El
martes 17 de junio, una movilización que se dirigía
a la Casa de Córdoba en repudio a la represión del
12 de junio, en las afueras de la legislatura cordobesa, en el
marco del tratamiento de una ley ambiental, fue reprimida por
la policía Federal.
La
movilización llegó a la casa de Córdoba,
que ya se encontraba atestada de infantería policial. La
disposición para reprimir, además de ser evidente
por la cantidad de policías, motocicletas, y camiones,
se hizo efectiva con el ataque a la manifestación. El resultado
fueron 12 compañeros detenidos, uno de ellos hospitalizado.
La
policía de la comisaría 5ª, que estaba a cargo
del operativo, y el juzgado de Instrucción n° 17, se
dedicaron a obstruir la tarea de los compañeros que concurrimos
a reclamar la libertad y asistir a los detenidos, empezando por
remitir a los presos a la Superintendencia de Investigaciones,
en la calle Madariaga y la avenida General Paz, para evitar la
movilización frente a la comisaría.
Esto
no detuvo a los compañeros, que se trasladaron a Madariaga,
y mantuvieron un destacamento a la espera de la liberación
de los detenidos. Al día siguiente, por la mañana
temprano, otro grupo se movilizó al juzgado de Instrucción
a exigir, allí también, la soltura de los compañeros,
la que finalmente se produjo cerca del mediodía.
Esta
ha sido una primera victoria. Ahora queda otra batalla por delante,
que es cerrar la causa que se les inició con varias imputaciones
y trámite “express” de flagrancia, lo que demuestra
la voluntad política de criminalizar a todo aquel que proteste.
Los
gobiernos, nacional y cordobés, supuestamente opositores,
mostraron la misma política represiva contra los que luchan
por el cuidado del medio ambiente y los que protestaron contra
la represión.
Desde
CORREPI y CADEP hemos asumido, no sólo la defensa política,
sino también la defensa técnica de los compañeros,
y llamamos al resto de las organizaciones del campo popular a
tomar como propia esta pelea, y a derrotar la política
del gobierno nacional que busca hacer pasar el ajuste en curso
con más represión y criminalización a los
luchadores. |
Próximas
actividades
Viernes 27, 19:00, en la facultad de Filosofía y Letras,
proyección de la pelíccula La crisis causó
dos nuevas muertes, luego panel del debate y peña/festival.
Organiza CORREPI. |
FUENTE:
CORREPI
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Martes, 1 Noviembre, 2016 17:52
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