NOTA
RECOMENDADA
Custodio
de la presidenta condenado por gatillo fácil
El
17 de mayo de 2013, mientras la Federal y la Metropolitana reprimían
en el Hospital Borda, el Tribunal Oral en lo Criminal nº
3 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Rafael Villamayor,
Marcelo Dellature y Jorge Camino, absolvía, con el voto
de los dos primeros, al policía federal Maximiliano Germán
Ledezma, que, el 26 de septiembre de 2010, fusiló con
cuatro y tres tiros en la espalda a Walter Robles y Leandro
Pérez, dos pibes de Villa Fiorito.
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NOTA
ESPECIAL
Otro
capítulo represivo en la lucha docente salteña
La
infantería salteña impidió que docentes de
la provincia de Salta instalaran una carpa blanca en frente al
Cabildo de la Plaza 9 de Julio de la ciudad capital, como parte
del plan de lucha en reclamo por mejoras salariales. |
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CORREPI
en el aire:
El tercer sábado de mes, cada dos meses, a las
16:00, escuchá el espacio de CORREPI en el programa Rebeldes
Stereotipos, por FM La Tribu , FM 88.7, o en www.fmlatribu.com.
Jueves por medio, entre 10:00 y 11:00, escuchá el espacio
de CORREPI en el programa En Otras Palabras, por FM En Tránsito,
FM 93.9, o en
www.fmentransito.org.ar.
Los jueves, alrededor de las 19:00, escuchá
la columna de María del Carmen Verdú en el programa
Aguantando de Pie que conduce, de 18:00 a 20:00, el periodista
Herman Schiller en Radio La Caterva. Seguilo en vivo en fmlacaterva.blogspot.com
o escuchá los programas anteriores enwww.ivoox.com. Teléfono
para mensajes: 4302-1203. Mail: fmlacaterva@gmail.com. |
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2014
(En
el ENA - Encuentro Nacional Antirrepresivo)
BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 720
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BOLETÍN
INFORMATIVO Nº 720
Del
29 de junio del 2014
Por
CORREPI especial para Villa Crespo Digital
7
de julio del 2014
Sumario:
1.
Custodio de la presidenta condenado por gatillo fácil.
2. Crimen de Saavedra: se les complica el camino hacia la impunidad.
3. Otro capítulo represivo en la lucha docente salteña.
4. Combinaciones carcelarias: Abandono, agresiones y muerte.
5. Represión a trabajadores en Callao y Corrientes.
Custodio
de la presidenta condenado por gatillo fácil
El
17 de mayo de 2013, mientras la Federal y la Metropolitana reprimían
en el Hospital Borda, el Tribunal Oral en lo Criminal nº
3 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Rafael Villamayor,
Marcelo Dellature y Jorge Camino, absolvía, con el voto
de los dos primeros, al policía federal Maximiliano Germán
Ledezma, que, el 26 de septiembre de 2010, fusiló con cuatro
y tres tiros en la espalda a Walter Robles y Leandro Pérez,
dos pibes de Villa Fiorito.
El fiscal había pedido 20 años de prisión.
Las madres de los chicos, Marcela Robles y Nélida Barrios,
militantes de CORREPI asistidas por la compañera María
del Carmen Verdú, reclamaban prisión perpetua. El
juez Caminos votó por la condena, pero sus colegas Villamayor
y Dellature dijeron “legítima defensa”, y aclararon
que Fiorito es “una zona baja naturalmente hostil a la policía”.
Los vidrios rotos del edificio de los Tribunales de Lomas mostraron
que también es un barrio hostil a la impunidad.
Trece meses después, al calor de una lucha que no cesa,
hoy CORREPI y Fiorito festejan. En fallo unánime, la Sala
I del Tribunal de Casación Penal provincial revocó
la absolución y condenó al policía federal
Ledezma por homicidio.
Tan grosera había sido aquella absolución, que el
camarista Benjamín Sal Llargués rompió el
protocolo judicial y, vinculando el asesinato de Walter y Lean
al fusilamiento del brasileño Charles de Meneses en el
subte de Londres, dijo: “A salvo la infausta ley del ‘shoot
to kill’ del Reino Unido, que yo sepa, nada autoriza a disparar
a zonas vitales a quien huye. Pérez ha sido aquí
–como Meneses allá- víctima propiciatoria
de la nuda violencia estatal”. También se refirió
al “pensamiento cavernario de los portavoces del odio a
los pibes chorros”, como definió a los periodistas
que “celebran el gatillo fácil diciendo ¡uno
menos!” y “administran los estereotipos de la criminología
mediática”.
La causa volverá ahora al tribunal oral, para que se fije
la pena que deberá cumplir el policía federal, que
está en actividad, con su uniforme y su arma, y en la calle.
Cuando fusiló a los chicos, formaba parte de la custodia
presidencial en Casa de Gobierno.
Sabemos que no termina aquí la lucha. Seguirá la
pelea en los tribunales, porque vendrán los previsibles
recursos de la defensa ante la corte provincial y la federal.
Y seguirá, ante todo, la lucha organizada en la calle,
que es nuestra única fuerza frente a la represión. |
Crimen
de Saavedra: se les complica el camino hacia la impunidad
El
camino hacia la impunidad del policía federal Javier Iván
Almirón comenzó a complicarse el día que
la familia de Gonzalo Marcos Crespo decidió organizarse
y luchar para que el asesinato del pibe de Saavedra no pasara
al archivo de las barbaridades judiciales.
Decidieron hacerlo en CORREPI y parece ser que esto fue considerado
un problema por los defensores institucionales del criminal uniformado.
En mayo, los integrantes de la División de Asuntos Penales
(Dirección de Asuntos Jurídicos) de la PFA apelaron
la resolución del juez instructor que incorporó
como querellantes en la causa a Beatriz Racedo, mamá de
Gonzalo, y Fiamma Campos, su compañera y madre de su bebé.
Osada aventura judicial la que emprendieron los funcionarios que
defienden al policía: las compañeras, con el patrocinio
de CORREPI, cumplieron todas las formalidades necesarias, pero
no fue eso lo que objetaron los abogados del ministerio de Seguridad.
Plantearon que no podían ser querellantes porque Gonzalo
no es la víctima en la causa que investiga cómo
y por qué el policía Almirón le metió
cinco balas 9 mm en el cuerpo.
La Cámara, después de escuchar el pasado 19 de junio
a los apelantes, y la respuesta a su planteo de CORREPI y el fiscal
Sandro Abraldes, resolvió esta semana rechazar el recurso
y ratificar la condición de querellantes de nuestras compañeras.
Al mismo tiempo, mandó al juez de primera instancia a revisar
la causa, en la que hoy el policía goza de una provisoria
falta de mérito, insinuando que, como lo reclamaron querella
y fiscalía, se debe procesar al asesino por el homicidio
de Gonzalo.
Cinco balazos en zonas vitales, cuando ningún peligro acechaba
al policía federal Almirón, son más que suficientes
para habilitar esa circunstancia procesal. Cinco balazos que echan
por tierra la mentira del policía, que intentó colocarse
en situación de ejercer una defensa que nunca fue legal
ni mucho menos legítima.
En CORREPI conocemos la ruta de la impunidad. Suelen diseñarse
en las oscuridades de los despachos policiales y judiciales cuando
la familia está con la guardia baja, en medio del dolor
y el desconcierto.
Por eso la estrategia de la defensa buscaba apartar, no simplemente
a los familiares de Gonzalo en tanto tales, sino en su condición
de militantes organizados en la lucha antirrepresiva. Esa condición
es la que molesta y entorpece el camino de los asesinos.
Lo saben en la institución, desde el que manda en el Ministerio,
hasta el que apretó el gatillo. Y también lo saben
los abogados a los que el estado sostiene para defenderlos.
Desenmascarada la maniobra, con agitación en las calles
y movida frente a su edificio, a la cámara no le quedó
otra que invalidar la pretensión de la defensa de alejar
a la familia de Gonzalo del expediente.
Ahora vamos por el procesamiento y la detención del policía
federal Javier Iván Almirón. De lo contrario, resultará
que tiene razón su jefe político, el coronel Berni,
cuando dice que los delincuentes entran por una puerta y salen
por la otra... |
Otro
capítulo represivo en la lucha docente salteña
La
infantería salteña impidió que docentes de
la provincia de Salta instalaran una carpa blanca en frente al
Cabildo de la Plaza 9 de Julio de la ciudad capital, como parte
del plan de lucha en reclamo por mejoras salariales.
Los Docentes Unidos de Salta habían anunciado la medida
para difundir sus exigencias y realizar actividades culturales
en el lugar, a lo que el gobierno salteño respondió
con un operativo policial de más de 500 efectivos en inmediaciones
del Cabildo.
Entre agresiones y gas pimienta, la policía reprimió
y dispersó a los manifestantes, agrediendo brutalmente
a un padre autoconvocado que apoyaba la manifestación y
terminó hospitalizado con fractura de tres costillas. Al
mismo tiempo, unos 50 efectivos desarmaron el acampe dentro de
la Plaza 9 de Julio, donde los docentes se encontraban ya instalados,
y se llevaron sus pertenencias, entre ellas documentación
y dinero. Una de las trabajadoras denunció haber sido golpeada
cuando intentaba defender el acampe.
En la represión se detuvo a la docente Marcela Romero (quien
ya recuperó su libertad) y al fletero que llevaba la carpa,
a quien se le abrió una causa adjudicándole haber
atropellado a uno de los policías. Una acusación
absurda y falaz como lo denuncian los Docentes Unidos de Salta.
El suceso se inscribe en la larga lista de actos represivos dirigidos
por las espadas mayores del kirchnerismo en todo el país,
destinados a reprimir y criminalizar la protesta, contrariando
el discurso de “no criminalización de la protesta”,
tanto tiempo negado por los voceros del peronismo en el gobierno.
Siempre dijimos que la mentada “política de derechos
humanos” y ese discurso no eran más que un recurso
oportunista y falaz destinado a invisibilizar el verdadero interés
de clase que defendió el gobierno en su “década
ganada”. La lógica es la misma en todo el país:
trabajadores en lucha, trabajadores protestando, gobiernos "progresistas"
con el mazo dando.
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Combinaciones
carcelarias: Abandono, agresiones y muerte
El
17 de junio, Gustavo Benito Aranda murió en su celda del
Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, abandonado a
su suerte luego de reclamar por atención médica
durante 20 días.
El joven, qué había cumplido 29 años dos
días antes, no había recibido más que un
calmante en la sección de sanidad del penal desde que comenzó
con fuertes dolores estomacales el 29 de mayo pasado.
El lunes 23 de junio, José Luis Orellana fue apuñalado
en una celda de la unidad 5 de Mercedes. José Luis se encuentra
preso por una causa armada en la que la policía lo obligó
a firmar una conformidad para hacerlo cargo del asesinato de un
custodio de seguridad de un supermercado chino.
El chico, de 21 años, sufre una parálisis facial
y presenta retraso madurativo, a lo que se suman problemas coronarios
y auditivos. A sabiendas de esto, y aprovechándose de su
incapacidad para leer, la policía lo cargó con una
acusación que le valió una estadía en Olmos
a base de palizas y puñaladas, antes de ser trasladado
a Mercedes.
El miércoles 25 de junio, al mediodía, Cristian
Valdez Aquino, preso en la Unidad 24 de Florencio Varela, fue
atacado por atreverse a reclamar un año de libertad que
le debe el estado: uno de los seis penitenciarios que lo agredieron
dentro de la celda de castigo le disparó una perdigonada
de escopeta cuando se encontraba acostado. El joven se encuentra
realizando una huelga de hambre como parte de sus reclamos.
Sólo tres ejemplos en menos de un semana de cómo
entienden los gobiernos nacional y provincial el mandato constitucional
de “cárceles sanas y limpias”. |
Represión
a trabajadores en Callao y Corrientes
El
jueves 26 de junio, mientras terminaban en el Puente Pueyrredón
las actividades a 12 años de la represión que costó
la vida de Maxi Kosteki y Darío Santilán, los trabajadores
de Paty-Quickfood se movilizaron al ministerio de Trabajo y al
sindicato de la carne, en medio del conflicto desatado tras la
decisión de la patronal de cerrar la planta en Martínez,
Buenos Aires, y concentrar la producción en San Jorge,
Santa Fe, lo que deja en la calle a centenares de obreros.
Luego, para visibilizar su reclamo, se dirigieron a Callao y Corrientes,
junto con delegaciones de trabajadores otras plantas en conflicto,
como Lear y Donnelly, y militantes de diversas organizaciones
que se acercaron a solidarizarse. El operativo policial fue gigantesco,
con gran cantidad de móviles, carros hidrantes y celulares
y personal policial de las comisarías 3ª (entre ellos
el comisario Carnero, uno de los imputados en la causa por los
disparos de balas de plomo en la represión de la Sala Alberdi
del año pasado) y 5ª, del cuerpo de Infantería,
la Doucad y decenas de agentes de civil.
En ese marco de provocación, varios funcionarios policiales
sin identificación detuvieron a un trabajador de la textil
Brukman y militante de Democracia Obrera, Miguel, quien fue golpeado
y trasladado a la comisaría 5ª. La imputación,
de vuelta, lo que llamamos “combo manifestación”:
resistencia a la autoridad y lesiones, típica calificación
que sirve a la vez para iniciar las actuaciones judiciales, y
enmascarar tras la argumentación típica de que “el
personal policial debió aplicar las fuerza mínima
necesaria para vencer la resistencia del incuso” la tremenda
paliza que le dieron. Tan tremenda, que Miguel debió ser
asistido en la comisaría por personal médico del
SAME que decidió su internación en el Hospital Ramos
Mejía.
Militantes de CORREPI y CEPRODH se dirigieron de inmediato a la
comisaría, donde tomaron intervención y en cuestión
de horas fue liberado desde el hospital, donde le hicieron el
aguante sus compañeros.
Un nuevo episodio que confirma lo que venimos señalando:
frente a más ajuste y represión, debemos profundizar
la lucha organizada.
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CORREPI
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Martes, 1 Noviembre, 2016 17:42
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