LUIS
LUCHI
POETA
Y ESCRITOR DE PARQUE CHAS
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LUIS
LUCHI NACE EN VILLA CRESPO
Por Elena
Luz González Bazán especial para Villa Crespo Digital
8 de septiembre
del 2011
Luis Luchi,
su nombre real; Luis Yanischevsky Lerer, nace el 11 de octubre de 1921
en el barrio de Villa Crespo, hijo de Gregorio Yanischevsky y Paulina
Lerer, inmigrantes judíos ucranianos. Hacia 1926, su familia
se muda a Parque Chas. En 1944, Luis Luchi se casa con Irene Lavalle,
con quien tiene tres hijos.
Si bien
tuvo militancia en el Partido Comunista, con el tiempo se acerca al
anarquismo. Trabajó como obrero gráfico en editorial Atlántida
y como vendedor viajante de libros, después decide dedicarse
a la poesía, manteniéndose al margen de la cultura oficial.
En la década de 1960 participa en el grupo "El Matadero",
grupo de cuentistas cuyo nombre rendía homenaje al relato homónimo
de Esteban Echeverría.
Este grupo
se reunía en el café El Estaño, ubicado en las
calles de Talcahuano y Corrientes, al que habían renombrado "El
Gardelito" y estaba integrado por:
Guillermo Cantore, Blas Raúl Gallo, Nenina Caro, Mario Lesing,
Arminda Ralesky y Lubranolas, entre otros, quienes se proponían
publicar a jóvenes con sentido popular. Luis Luchi sólo
habría de publicar su cuento El Brasilerito en 1961 en la antología
Cuentistas argentinos contemporáneos editada por El Matadero.
A finales
de la década y principios de la siguiente, Luis Luchi forma el
grupo "Gente de Buenos Aires", junto con el poeta Roberto
Jorge Santoro, el actor Héctor Alterio, el músico Eduardo
Rovira y el artista plástico Pedro Gaeta con el objeto de acercar
la cultura al público presentándose en clubes de barrio,
sociedades de fomento y escuelas.
Admirador de César Vallejo y Vladimir Mayakovsky recurre a la
ciudad, el barrio, el tango y las luchas sociales como temas de su obra,
siempre marcada por el humor y la ironía.
Luis Luchi muere el 21 de octubre de 2000 en Barcelona, España.
• Poesía
o El obelisco y otros poemas (1959)
o El ocio creador (1960)
o Poemas de las calles transversales (1964)
o La vida en serio (1964)
o Vida de poeta (1966)
o El muerto que habla (1970)
o Poemas cortos de genio (1970)
o Ave de paso (1973)
o Los rostros (1973)
o Poemas 1946-1955 (1976)
o La pasión sin Mateo (1976)
o ¡Gracias, Gutenberg! (1980)
o Resumen del futuro (1984)
o Antología poética (1986)
o Fuera del margen (1992)
o Mishiadura en las dos ciudades (1993)
o Jardín zoológico (1995)
o Contestarse a sí mismo en el canto (1997)
o Poemas y pinturas (1999)
o Amores y poemas en Parque Chas (2001)
•
Discos
o Tango de música a lo lejos (1966), música e intérprete:
Eduardo Rovira, ilustración de tapa: Pedro Gaeta
o Antología por mí (1969)
o A medio hacer todavía (1982), con Alberto Szpunberg y música
de Jorge Sarraute.
o Todos se dan vuelta y miran (1999), con Susana Drangosch, Andrés
Ehrenhaus, Jonio González, Alberto Szpunberg, y música
de Jorge Sarraute.
POEMA
ARLT
El poema
Arlt forma parte del libro El obelisco y otros poemas, del año
1959 y ha sido incluido en la antología Paseo por la capital
de Luís Luchi del año 2003, seleccionada y prologada por
Lilian Garrido. La ironía de un viaje consiste en que nunca se
vuelve al lugar de partida, pero tampoco se lo deja nunca. Luchi nunca
se fue de Buenos Aires.
Yo
pienso viejo Arlt
que si Shakespeare
hubiese vivido en nuestro país,
y en nuestro siglo.
Mejor dicho,
si alguna vez, digamos
el 15 de mayo de 1935,
metido en un café
de Corrientes y cualquier otra,
aferrado por la ventana,
alegre de descubrir la última porteñada
del mozo gallego
y amargado por la edición dominical de "La Nación"
sin leer,
en el montón con las otras.
Con un chau a un amigo que pasa
calculando las monedas en el bolsillo,
disimuladamente,
con una cancha que se adquiere
para pedir otro café
y que alcance para el tranvía.
Pienso viejo Arlt
que incluso a ese Dios,
gran inventor de muchas biblias
le sería imposible escapar
al misterio de la rara ciudad.
Indios,
españoles, negros,
gauchos, orilleros,
griegos, judíos.
Cada día, cuando nos detuvimos
ante el espejo que es la ventana
a estudiar y decir, éste es nuestro dolor
y nuestra cara,
las pasiones humanas
y los fabricantes de cañones
nos mandaban nuevas terceras clases
con mil nuevas maneras de amar
y de decirlo.
Mil maravillosas formas de ser hermano
y otras mil formas de dejar de serlo.
Cuando de esa masa de vidas confusas
surgían las chispas
de los cuerpos duros que chocan,
había que hacer arte,
que no podía ser tierno
y tampoco demasiado cruel.
Contar nuestra historia
con los reyes destronados
que mueren heroicos en sus gestos,
como hacerlo
cuando se vive rodeado
de todos hermosos pequeños trozos
de esa vida que formamos parte,
y la sentimos
con la ironía y perdón
con que se ve a un padre
italiano
que nos pagó el título de abogado
vendiendo verduras.
Había que contar el problema eterno
del bizco celoso,
y la tremenda mezquindad de los hombres,
que son capaces de crear hospitales de muñecas.
El
drama del hombre porteño
es igual al de todos los hombres,
pero es el drama del hombre porteño,
y aunque se asombren algunos
el tango es bastante su vida triste,
ya crearemos la alegre,
cuando la sintamos.
En
ese lento crecer
pusiste palabras reas
que para traducirlas necesitan media hoja
y si no me lo enseñaron todo
me ayudaron a conocer
que a las seis de la mañana
se encuentran viajando juntos
el que va al trabajo esperando muchas cosas
y el que regresa de su desnuda soledad
volviendo a ella
y todos juntos alimentan
la vida de esta ciudad,
que, porque sabemos sus penas
la queremos mejor.
FUENTES:
varias.
Caracteres:
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