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FIEBRE
AMARILLA
UN ATAQUE CERTERO
Por Elena Luz González Bazán
especial para Villa Crespo Digital
FIEBRE AMARILLA EN LA CIUDAD
7 de enero del 2016
El 27 de enero de 1871 pasó
a la historia de esta ciudad como el momento más
duro en materia de salubridad.
Los hombres del proyecto nacional, de la conformación
del Estado, de la inmigración para suplantar
a indígenas y gauchos como manode obra, deben
enfrentarse a la fiebre amarilla.
Ese 27 de enero se detecta el primer
caso y de ahí la muerte se enseñoreo sobre
la Ciudad de Buenos Aires. Es importante aclarar que
aún no se había logrado la federalización
y que ésta ciudad fuera la Capital de la República
Argentina.
Fue una epidemia que se llevó la vida de 14.000
personas, estuvo entre la población durante 140
días, aproximadamente.
Las clases dominantes habían
ido vendiendo y abandonando sus residencias en la zona
céntrica de la ciudad, y estas residencias convertidas
en conventillos de mala muerte que fueron los testigos
vivientes de cómo golpeó a los habitantes
de los barrios del sur de la ciudad, donde se concentraba
la mayor parte de los pobladores.
De todas formas, esto no implicó que otros espacios
fueran asolados por la epidemia.
CRECIMIENTO POBLACIONAL Y FALTA
DE VIVIENDAS
Además de la falta de viviendas
dignas, no había infraestructura básica
y necesaria para abastecer a los pobladores.
Inexistencia de cloacas
Agua potable
Espacios de atención sanitaria
Basura acumulada a cielo abierto
Estas y otras realidades fueron vértice…
El rápido crecimiento de la
población terminó desbordado la infraestructura
de las viviendas que no estaban preparadas para resistir
ese aumento, pero no había políticas de
Estado, no había preocupación por la situación
social, económica y de salubridad y medio ambiente
de las miles de familias que vivían en la ciudad
laboral.
Los miembros de la clase alta se habían
trasladado al norte, transformando estos lugares en
sus residenciales: estas zonas como Belgrano, la actual
Barrio Norte y en menor medida Flores, porque esa zona
estaba dedicada a quintas de fin de semana o lugares
de paseo de los sectores más acomodados o bien
fueron sus residencias permanentes. Ya en ese período
una parte de esas clases ricas habían construido
sus fincas de fin de semana en Floresta, no en vano,
el primer tramo del Ferrocarril del Oeste, llega, en
1857 hasta Floresta.
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CONVENTILLO
/ ENFERMOS EN UNA PIEZA DE CONVENTILLO
Volviendo
a la epidemia. La cantidad de muertes registradas colmaron
la capacidad del Cementerio del Sur (ubicado donde hoy
se encuentra la plaza “Ameghino”) y en gran
medida también ocurrió lo mismo con el
Cementerio de la Recoleta, lo que obligó a habilitar
un nuevo espacio: el cementerio de la Chacarita, en
el actual Parque Los Andes, limite entre los actuales
barrios de Chacarita y Villa Crespo.
La
epidemia de fiebre amarilla, además de las consecuencias
fatales y el desarrollo del norte y el deterioro de
toda la ciudad laboral, con las consecuencias de mortandad,
que también pegó en las clases acomodadas,
ya que se abastecían de trabajadores de esta
ciudad laboral, hizo que reflexionaran y decidieron
algunas medidas y el emprendimiento de infraestructura
necesaria.
En
el mismo 1871, en la plaza “Lorea” se construyó
el primer gran tanque de agua, con capacidad de 1.000
m3. Al poco tiempo se creó un organismo estatal
que sería el precedente de Obras Sanitarias de
la Nación y, en 1874, el ingeniero Bateman inició
la construcción de la red de distribución
de agua que, en 1880, proveía a la cuarta parte
de la ciudad.
De
todas formas la problemática de la famosa cuestión
social, no se tomó en cuenta hasta fines de siglo
y principiando el siglo XX.
Es
importante destacar que la masa inmigratoria más
importante arreció entre 1880 a 1914.
FUENTES:
Varias y propias
Caracteres:
3767
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