El Ferrocarril es una cuestión nacional...
LA
FALSARIA ESTATIZACIÓN DEL
F.C. BELGRANO CARGAS
PARTE II
Por Juan Carlos Cena* especial para Villa Crespo Digital
12 de agosto del 2014 *
GOBIERNO
MILITAR DE ONGANÍA
En 1968,
tiempos del onganiato, se presentó otro plan con distintas variaciones:
"Plan de Mediano Plazo". Este proyecto se diseñó
en Ferrocarriles Argentinos, con el asesoramiento de una consultora
francesa: SOFRERAIL. Proyecto que intentaba recuperar los ferrocarriles
por instrucción de los militares interventores. Las autoridades
militares impusieron su criterio por sobre los tecnócratas del
Ministerio de Obras Públicas: los ferrocarriles tenían
para ellos un alto valor estratégico. A pesar de la contrariedad
de los Ministros Civiles se contrató definitivamente a la Consultora
Francesa "SOFRERAIL". Comisión que fue integrada por
especialistas ferroviarios argentinos conocedores del estado de situación
de los ferrocarriles, sin ellos hubiera sido imposible implementar cualquier
acción.
Para intentar
aquietar y contener a los ferroviarios, nos militarizaron a través
del Decreto 5324. Los ferroviarios contestamos con la formación
de las Comisiones Clandestinas Ferroviarias. La resistencia obrera continuaba.
Las cesantías de trabajadores continuaron. Los primeros 40 cesantes
fueron en Rosario, por negarse a manejar, todo un acto de dignidad,
pertenecían al Personal de Dirección. No querían
interferir en las huelgas decretadas por La Unión Ferroviaria
y La Fraternidad. Era un ¡Basta de ser carneros orgánicos!
El ingeniero Tadich fue nuestra primera víctima en Rosario. Prestarse
al manejo de las locomotoras y manejar la parte operativa era llevar
al fracaso las huelgas de la Unión Ferroviaria y La Fraternidad.
Fue una acción solidaria y de dignidad en plena dictadura de
Onganía
Sabiendo
de estas acciones represivas, no se puede decir muy suelto de cuerpo
desde la Asociación del Personal de Dirección de Ferrocarriles
Argentinos - APDFA, que el general Demarchi, presidente de los Ferrocarriles
Argentinos durante el onganiato, era un general con la misma estirpe
del general Mosconi. Toda una falacia oportunista. No era de la estirpe
del general Mosconi ni del general Savio, entre otros. Demarchi reprimió
a los trabajadores. Mosconi y Savio y otros tenían un sentido
de Nación que el general Demarchi no poseía. En el Congreso
de la ALAF (Asociación Latinoamérica de Ferrocarriles)
en Cuba, el general Demarchi avaló y elogió las políticas
privatizadoras de Menem. Más, estuvo contrariado por la ponencia
de los delegados del Personal de Dirección (APDFA), que dieron
un informe real sobre el estado de los ferrocarriles concesionados.
En ese
ínterin, durante el onganiato, de la mano de los militares, ingresa
un grupo de profesionales provenientes de la Universidad Nacional de
Buenos Aires, preferentemente de la Facultad de Ingeniería, más
precisamente de la famosa Escuela Ferroviaria de Post-Grado, otros de
Ciencias Económicas. Casi todos ellos traían en sus mochilas
el huevo de la serpiente, que más tarde anidó, creció
y se reprodujo en el seno del sistema ferroviario para luego envenenarlo,
participando en su posterior paralización, destrucción
y desguace. Estos hombres pérfidos fueron parte importante de
los que fueron minando y degradando a la empresa ferroviaria, junto
a los viejos testaferros cipayos del 55. Tema que hemos denunciado permanentemente.
De la
misma manera, el papel que jugó la Universidad Nacional frente
a las cuestiones nacionales, esos profesionales hoy laboran en las empresas
concesionarias del ferrocarril. La Universidad Nacional también
fue re - colonizada en tiempos del onganiato y no deja, desde esos tiempos,
de parir profesionales colonizadores nativos. No nos podemos olvidar
de la Noche de los Bastones Largos, paso inicial para desmembrar a la
Universidad Nacional. Muchos de estos profesionales fueron escribas
de los desguazadores de los ferrocarriles en el Congreso de la ALAF
(Asociación de Ferrocarriles de América Latina), en Florida.
EE.UU, en octubre de 1995.
Este fenómeno
destructivo ocurría también en otras latitudes. En México,
el desarme y la tupacamarización del sistema ferroviario fueron
tan crueles y perversos como en el nuestro, la diferencia es que su
Universidad y el cuerpo de docentes e intelectuales tuvieron otro comportamiento.
Veamos:
En una conferencia pronunciada sobre "Los ferrocarriles y el capitalismo",
Andrés Barreda investigador mexicano, profesor de Economía
Política en la UNAM destacó que: la industria armadora
de camiones y automotriz frenó el desarrolló de los ferrocarriles
en México, sin embargo, los problemas que ha detonado, sobre
todo en materia de contaminación, hacen prever un nuevo auge
del sistema ferroviario. El no desarrollo de los ferrocarriles se inició
con su privatización, pues las redes que existían en México
han sido divididas y distribuidas a compradores privados que deben continuar
invirtiendo para que el ferrocarril mexicano siga en expansión,
cuestión que nunca ocurrió. Por la defensa de los Ferrocarriles
Nacionales de México participaron los ferrocarrileros mexicanos
acompañados por intelectuales y profesionales de las diferentes
universidades mexicanas.
EL GOLPE DE ESTADO DE 1976
Los ideólogos
de los primeros grupos cartelizados
En 1973, aproximadamente, antes del golpe militar, se constituye el
Grupo Perriaux, organización que estaba integrada por intelectuales
y empresarios liberales, antiperonistas y anticomunistas. Funcionaron
como una usina civil del golpe de Estado de 1976. El enlace con los
militares eran los generales Santiago Riveros y Carlos Suárez
Mason. José Martínez de Hoz fue uno de los integrantes
del grupo Perriaux, así denominado porque su numen fue Jaime
Luís Enrique Perriaux, ex ministro de justicia del ex presidente
Roberto Marcelo Levington. Grupo integrado además por Mario Cadenas
de Madariaga, Carlos García Martínez, Guillermo Zubarán,
Horacio García Belsunce, García Venturini, entre otros.
Este grupo
es el que diseña las políticas en forma integral de la
dictadura militar, mismas que perdurarán en tiempos de democracias
relativas. Podemos inferir que es el momento embrionario donde va tomando
forma la cartelización de los diferentes grupos.
Durante
este período dictatorial el ferrocarril es nuevamente militarizado.
La represión a los trabajadores ferroviarios es brutal. La desaparición
de delegados y dirigentes obreros comienza antes del golpe militar,
durante el gobierno de Isabel Perón. La ofensiva contra ese modo
de transporte continúa. El siniestro saldo represivo hasta la
fecha es de 111 detenidos desparecidos ferroviarios y ferroportuarios.
Represión y descuartizamiento de los ferrocarriles corren en
forma paralela, una condición necesaria y suficiente. La represión
fue una condición ineludible para la dictadura, para que así,
el descuartizamiento, se transforme en la condición suficiente.
EL CAPITALISMO
QUE CAMBIA
Antes de continuar con el tema específico que nos ocupa, creo
que es necesario hacer algunas consideraciones sobre el capitalismo
criollo parasitario para entender mejor el proceso de cartelización
de los concesionarios ferroviarios y en otras ramas de la industria
del transporte.
Que el
capitalismo se rectifica para ratificar su verdadera naturaleza y razón
de ser, no es novedad. El arco completo de su historia es una sucesión
de modificaciones y alteraciones generadas por él mismo. Se sabe
que el capitalismo cambia sus maneras de comportamiento, pero no su
naturaleza, su sustancia, su esencia, que es la de su reproducción.
Materia que se logra a través de la ganancia máxima, que
no es otra cosa que la multiplicación del capital a través
del beneficio pleno, que se logra entre otras cosas, con la explotación
de los trabajadores y el pueblo. En la reproducción del capital
esta su dinámica, ella va produciendo las mudanzas y alteraciones
en el sistema capitalista, variables afanosas que alimentan la constante
de las utilidades. El capitalismo cambia, se integra a las nuevas circunstancias
que él mismo ha generado.
Las crisis
económicas generales siempre han sido una poderosa condensación
de energías orientadas al cambio en el sistema capitalista. Nosotros
como país dependiente, no somos ni tributarios ni receptores,
sólo absorbemos los coletazos de una crisis que no generamos.
"Si
lo que hoy se llama globalización, es el reinado de Cárteles
según territorios económicos de distintos capitales financieros
(petróleo, acero, alimentos, transporte, etc.) los que monopolizando
el mercado mundial y apropiado de espacios nacionales, establecen redes
articuladas a un centro único. Su manifestación, a nivel
político, es la creación de marcas, espacios, colectoras,
etc. etc. Bajo el mando de un comando único que dirige desde
fuera y el gobierno ejecuta". "Si el proceso de trasnacionalización
comenzó en la década del '60 a nivel mundial y ahora en
su realización se apropia de espacios con toda su organización,
¿qué implicancias tiene la hegemonía alcanzada
por el capital financiero? Si bien tiene caracteres de rentístico,
la gran industria forma parte de él, por lo que, ¿se encuentra
en su más alto momento de descomposición? En relación
a todo esto. ¿Cuántos interrogantes se nos plantean?"
Beba C. Balvé - Ejercicio exploratorio para los hechos sociales
de 2001.
Podemos
deducir, entonces, que en nuestro país dependiente y colonizado
nada ha cambiado para bien de la nación, en este período
transcurrido, y que todo lo divulgado desde los despachos oficiales
sólo es una ficción mal teatralizada. Por el contrario,
la realidad nos señala que se ha ahondado la expoliación
al pueblo, y que la consolidación de los grupos económicos
parasitarios abarca todo nuestro territorio. En el caso que nos ocupa,
que es el modo de transporte ferroviario, afirmamos que se ha profundizado
el sistema de concesiones. Esto, por un lado, por otro, en este proceso
ha nacido todo un engendro corporativo que es la cartelización
de los concesionarios ferroviarios. Luego de un proceso de cambios y
recambios organizacionales, éstos, se han posicionado más
y mejor para actuar parasitariamente. Capturan a este Estado que raptan
y liberan según sus conveniencias de lucro. Rapto y liberación
son realizados con el consentimiento del raptado, casi una asociación
donde ambos se benefician.
Nos permitimos
decir con certeza que el modelo perverso concesionarista impuesto por
el imperio colonizador en la década de los 90, después
de más de tres décadas de una heroica resistencia obrera,
no solamente continúa sino que se ahondó de la manera
más siniestra a través de los mismos personajes que siguen
concurriendo. Es la aparición de esta corporación extorsiva
que incrementó, entre otros quehaceres, los desvalijamientos
y rapacerías sobre los restos de la empresa ferroviaria: Como
el vaciamiento de sus talleres y almacenes, la desaparición de
máquinas y herramientas, materiales y repuestos de sus almacenes
generales y regionales y la venta a precio vil de sus bienes muebles
e inmuebles, o estaciones, es decir: El Ferrocidio, se perpetúa.
Ahora, las corporaciones inmobiliarias vienen por las tierras y propiedades
ferroviarias.
Todos
los concesionarios, mal llamados industriales nacionales, poseen la
misma naturaleza parasitaria. Todos están colonizados, es decir,
los de adentro y los de afuera del aparato del Estado. Su cartelización,
es una cofradía colonizada, dependiente, con la particularidad
de poseer una naturaleza no productiva.
El afán de lucro los ha llevado a cártelizarse. Esta congregación
parasitaria no tiene nada que ver con el desarrollo del capitalismo
en la Argentina, al contrario, lo han obstruido y obstruyen. No es mi
intención entonar un canto gregoriano sobre el sistema capitalista,
al contrario, pero debemos hacer un esfuerzo por ver la verdadera naturaleza
de estos concesionarios parásitos.
Max
Weber, en su libro: la Ética protestante y el espíritu
del capitalismo nos dice: "Afán de lucro, tendencia
a enriquecerse, sobre todo a enriquecerse monetariamente en el mayor
grado posible, son cosas que nada tiene que ver con el capitalismo.
Son tendencias que se encuentran por igual en los camareros, los médicos,
los cocheros, los artistas…los funcionarios corruptibles, los
jugadores, los mendigos, los soldados, los ladrones, los cruzados…
en todas las épocas y en todos los lugares de la tierra, en toda
circunstancia que ofrezca una posibilidad de lograr una finalidad de
lucro. Es preciso, por lo tanto abandonar para siempre un concepto tan
elemental e ingenuo del capitalismo, con el que nada tiene que ver (y
mucho menos con su "espíritu") la ambición,
por ilimitada que ésta sea, por el contrario del capitalismo
debería considerarse precisamente como el freno o, por lo menos,
como la moderación racional de ese impulso irracional lucrativo.
Ciertamente, el capitalismo se identifica con la aspiración de
la ganancia lograda con el trabajo capitalista incesante y racional,
la ganancia siempre renovada a la rentabilidad. Y así tiene que
ser, dentro de una ordenación capitalista de la economía,
todo esfuerzo individual no enderezado a la probabilidad de conseguir
rentabilidad está condenado al fracaso"… "Cuando
se aspira de modo racional al lucro de tipo capitalista, la actividad
correspondiente se basa en el cálculo del capital, es decir,
se integra en una serie planificada de prestaciones útiles reales
o personales"… "En ese sentido, capitalismo con empresas
capitalistas".
Quiero
señalar con esta larga cita de Max Weber, la diferencia entre
los concesionarios ferroviarios subsidiados, con un profundo afán
de lucro, y las empresas capitalistas reales. Su cartelización
es una organización integrada por una congregación colonizada,
dependiente, con la peculiaridad de poseer un perfil no productivo,
es decir, rapaz, no crea, no inventa, ni forja; su único objetivo
es la codicia a través del provecho rentable. Los fenicios se
avergonzarían de estas crías degeneradas de su especie.
El
GOBIERNO DE RAÚL ALFONSIN
Primer
intento de la tupacamarización ferroviaria
El proceso
de cartelización se consolida y se expande, durante este gobierno.
Los cárteles van definiendo sus formas organizativas. El brazo
ejecutor y mentor de este proceso es el "inteligente" Ministro
de Obras y Servicio Público, Rodolfo Terragno, asume y, de inmediato,
se aboca a crear la Dirección de Empresas Públicas. Este
es el primer esbozo organizativo serio de los cárteles que tiene
la particularidad de ser iniciativa del Estado. Podemos inferir con
toda certeza que dentro de los laberintos del Estado estaban los embriones
de ese ente corporativo de la Patria Contratista.
En el
caso ferrocarriles, éstos, no trataban de privatizarlos ni de
apropiarse de sus bienes, pero sí de su caja recaudadora y presupuestaria.
Es decir, el dinero recaudado y el aportado por el Estado serían
controlados por los privados a través de la DEP. Se crea este
organismo con la excusa de coordinar los aspectos económicos
y racionalizar el monto y uso de las asignaciones, y orientar las compras
de todas las empresas del Estado. Ellos eran los representantes de la
Patria Contratista.
El primer
director es Enrique Olivera -ex intendente de la ciudad de Buenos Aires,
y luego diputado por lo que fue el ARI en la legislatura. Después
lo sucedió Horacio Lozovitz, este personaje era el dirigente
máximo de la asociación que agrupaba a las fábricas
que producen vehículos, una parte esencial de la Industria del
Transporte Automotor, entre otros.
El objetivo
de la DEP, era la controlar las asignaciones de los recursos financieros
otorgados a las empresas del estado y direccionar el poder de compra
de todas las Empresas del Estado: Aerolíneas, Ferrocarriles,
Flota Mercante, Flota Fluvial, YPF, Aguas y Energía, Teléfonos,
Puertos y así con las otras.
Los representantes
de esa Dirección se transformaron en un Holding para estatal,
es decir, en una corporación. Desde el Estado se alentaba la
cartelización de los proveedores del propio Estado. El Estado
era el mercado cautivo, se transformaba en zona de pastoreo de estos
depredadores. Se raptaba al Estado Nacional, secuestro consentido y
alentado por el raptado. Toda una conjura corsaria.
Integraron
dicho "Holding" primariamente, Enrique Olivera y Ramos Mejía
(representando al grupo Macri, Finamérica), Miguel Roig (Grupo
Bunge y Born, Carlos Tramutola (Grupo Techint) Javier Gamboa (Grupo
Roberts) y Hector Massuh (Grupo Gelbart - Madanes). Holding, sinónimo
de cárteles.
A Ferrocarriles Argentinos envían a Manuel Madanes, dueño
de Aluar y FATE.
Al tiempo,
Terragno anuncia su Plan: La tupacamarización del Sistema de
Transporte Ferroviario que consistía en partirlo en cuatro empresas:
Ferrocargo, Ferrotur, Metropol y Ferrocarriles Argentinos, y sus restos
se los ofrece a Techint, Loma Negra, Socma, Román, SADE, Materfer,
Castellone y se interesa el City Bank.
Todo bajo
la batuta de Lou Thompson, consultor del Banco Mundial para América
Latina. Podemos apreciar que entre la creación de la Dirección
de Empresas Públicas y este engendro descuartizador se va conformando,
aceleradamente, lo que será la trágica inducida catástrofe
de los ferrocarriles.
Este es
el desarrollo primario de la cartelización en el sistema capitalista
nacional. La primera tentativa fue con los proveedores del Estado. Todo
va sucediendo en este transcurso temporal desde 1955 hasta la actualidad,
bajo la atenta mirada de la banca internacional.
Autor
de:
* El Guardapalabras, memoria de un ferroviario (agotado)
* El Cordobazo, una rebelión popular (agotado)
* El Ferrocidio 1º edición (agotado) 2 º edición
(ampliada y corregida)
* Crónicas del Terraplén (cuentos)
• Ferroviarios, Sinfonía de Acero y Lucha
• Ferrocarriles Argentinos Destrucción / Recuperación
* Secretario General del Organismo Central Capital Federal del Personal
Técnico de los Ferrocarriles Argentinos (APDFA) (1984-1989)
* Miembro Fundador del Mo.Na.Re.FA - Movimiento Nacional por la Recuperación
de los Ferrocarriles Argentinas.
• Autor de más de cien informes e investigaciones sobre
el tema Transporte.
* La primera
versión fue publicada: 30 de noviembre del 2008 / corregida y
ampliada.
Caracteres:18.247